La historia es atrapante, y más aún si se trata de aquella historia que caminamos y recorremos día a día, si es la que nos contaron nuestros padres y abuelos, si pudimos sentirla o palparla de cerca, por tratarse del barrio en el que vivimos, crecimos o nos movemos.
Por este motivo, y teniendo como centro el interés por la historia local abordada desde diferentes disciplinas, como el arte, la psicología, la antropología, la historia, nació un equipo de trabajo: la Asociación de Historiadores del Fondo de la Legua, un grupo de vecinos que estudia e investiga sobre los hechos que se sucedieron en aquella zona integrada por los partidos de Vicente López, San Isidro y San Martín.
Hay trabajos de historia sobre estos partidos, pero había una zona de ellos menos estudiada que es la que va de Fondo de la Legua hacia el oeste, y que tiene una riqueza histórica muy importante. Villa Martelli, Carapachay, Munro, Villa Adelina, Boulogne, San Isidro, San Andrés y Villa Ballester son las localidades que integran esta región.
Entre cafés y anécdotas, integrantes de este grupo cuentan a Que Pasa cómo surgió la idea, bajo la necesidad de recuperar la identidad de barrio, y cuáles las expectativas sobre el proyecto. "La idea fue empezar a trabajar con la historia de lo que son esos barrios que están detrás de la Panamericana, de los cuáles algo se ha escrito, pero hay mucho más para investigar", dice Mónica Pastorini, psicóloga vecina de San Isidro e integrante del grupo.
"Queremos bajarnos del pedestal del academicismo, socializar la información, y entender que el vecino es parte importante de la historia, que podamos compartirla y disfrutarla, hablar entre nosotros para poder salir de un círculo cerrado", enfatiza Mirko Bakarcic, profesor de historia y vecino de Florida.
"Esta propuesta viene a recuperar la identidad del barrio"
Desde principios de junio, distintos escritos que recorren la historia local pueden verse en su página de Facebook: El portón de Ader, la Capilla de Santa Rita, la chacra de Avelino Rolón, el fútbol de potrero, la chacra de Pueyrredón, el almacén de Don Buffa, la Torre Ader, el gasómetro de la General Paz. Y a partir del primero de agosto, en una columna quincenal, también podrán leerse en este medio.
"Es importante no solamente el documento escrito, sino también la transmisión oral a través de las personas que rescatan y recuerdan esas historias. Un testimonio vivo y que perdura", destaca Pastorini, sobre las diversas formas de transmitir y comunicar el hecho histórico, vinculado a demás a la idiosincrasia de cada lugar. En ese sentido, Bakarcic completa: "Esta propuesta tiene que ver con recuperar la identidad del barrio".
No sólo son profesionales, sino que también son vecinos, y desde ese lugar analizan el tratamiento de la historia de su lugar. "Está bien tratada, pero muy zonificada. Hay muchos historiadores del bajo, de la costa, por ejemplo, y esa información no suele manejarse en circuitos abiertos", dice Bakarcic.
"Queremos que la historia se vincule con la comunidad"
La Asociación de Historiadores del Fondo de la Legua está coordinada por Alicia Rebollar, e integrada por Esperanza Riesgo, Graciela Rebollar, Miguel Ángel Lafuente, Mirta Serrano, Omar Barea, René Arditi Rocha, Susana de la Cruz, Romina Barea, Mónica Belladore y Roberto Conde.
"Nosotros queremos que la historia se vincule con la comunidad. Poder hacer charlas, estar en las escuelas es algo que nos proponemos, para trabajar con los chicos y con los jóvenes. Lo que uno puede transmitir desde la historia local es increíble, muy gratificante. Salir a contarla y a escucharla es un proceso que llena", cierra Pastorini.
Una historia que se ve. Así podría definirse a este proceso de hechos que sucedieron muy cerca nuestro y que merecen ser contados, que conformaron y conforman parte de lo que somos como vecinos, pero también, en muchos casos, como personas.