En diálogo exclusivo con QuéPasa, Ricardo Perea, presidente de la Cooperativa de Trabajo RB del barrio de Martínez, contó sobre el desalojo realizado en la fábrica la semana pasada.
[quote_left]Se llevaron hasta la plata de las quincenas que había que pagarle a los trabajadores, eso no corresponde"[/quote_left]El pasado jueves 16 de julio, ocho patrulleros de la Policía Bonaerense llegaron a Panamá al 1700, en el barrio de Martínez, para desalojar, sin ninguna notificación previa, la Cooperativa de Trabajo Industrias RB. Ricardo Perea, el presidente de la Cooperativa, confirmó que nunca habían recibido notificación o intimación de nadie.
Sobre el desalojo realizado por la policía, dijo: “Con mi mujer y mi hija opusimos resistencia, nos reventaron la puerta, no les importó nada que hubiera una criatura de 15 años y nos demoraron unas horas en la comisaría”.
“Calculo que habían hecho un trabajo de inteligencia previa, porque los trabajadores salen a las cuatro de la tarde de la fábrica y la policía llegó apenas unos minutos después”, añadió Perea y agregó que la policía “revolvió toda mi casa, porque soy el casero de la fábrica y vivo ahí con mi familia. Hasta cierto punto entiendo el procedimiento de un desalojo, pero me parece que darte vuelta todo como si vendieras droga o vaya a saber uno qué, no es parte de ese procedimiento”. Además, destacó que alrededor de treinta policías estaban en el lugar y “se llevaron hasta la plata de las quincenas que había que pagarle a los trabajadores, eso no corresponde”.
Los 16 trabajadores que forman parte de la cooperativa quedaron, hasta el fin de semana pasado, fuera de la empresa y, pese a que el juzgado no resolvió la situación hasta el momento, debido a la feria judicial, decidieron recurrir a la vía jurídica para revertir la situación. El día sábado, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) emitió un comunicado solidarizándose con los obreros desalojados.
[quote_right]Lo importante de esto es que no estás solo, y tenés el apoyo de mucha gente, da gusto ver la solidaridad que tenemos los trabajadores de las empresas recuperadas”[/quote_right]Según palabras de Perea, el desalojo proviene de un pedido de un acreedor hipotecario, que “entró a fábrica haciéndose el dueño de todo, diciendo ‘hay que poner candados acá y allá’”. Sobre esto, el presidente de la Cooperativa sentenció: “Me parece que no es así. Primero tendría que haber entrado la justicia y, una vez que lo habilitaran a quedarse con el inmueble, si es que eso pasa, debería entrar él. Es una falta total de respeto hacia el trabajador.”
Días atrás, la cooperativa presentó un recurso de amparo para volver a entrar en la fábrica hasta que la justicia, luego de que termine la feria judicial, pueda tomar cartas en el asunto y dar una definición competente al caso.
El Congreso de la Provincia de Buenos Aires, en la Ley 13.740, les reconoció a los trabajadores que “han mantenido, pese a todas las dificultades, un equipo de gente altamente capacitada en el rubro electrónico y electromecánico que potencian un know how altamente competitivo”; que “disponen de una planta industrial modelo, diseñada bajo criterios modernos y ecológicos destacados para su género”; y por último que “constituyen un grupo de trabajo que viene cooperando desde hace tiempo, en forma pacífica y continua”.
Sin embargo, y pese a la falta de decisión del poder judicial que entró en feria y aún no brindó respuesta alguna, Perea es optimista ante el apoyo que ha recibido de la Rama Recuperadas MNER-CTEP, “Lo importante de esto es que no estás solo, y tenés el apoyo de mucha gente, da gusto ver la solidaridad que tenemos los trabajadores de las empresas recuperadas”.
La planta había sido expropiada en 2007, y obtuvieron la extensión de la misma en el 2012, y posteriormente hasta el 2017. La empresa que se conformó como cooperativa en el 2004, se encarga de producir instrumentos de medición y control 100 por ciento nacionales, ocupándose de toda la línea de producción industrial y siendo proveedores de empresas como Metrovías y Edenor.