En sus considerandos, Rolón detalla la información que, según afirma, el presidente saliente y su Secretario Administrativo no le quisieron brindar, relacionada con el funcionamiento del Concejo.
El ahora presidente del Concejo Deliberante enumera:
-No fueron entregados los libros establecidos en la ley Orgánica Municipal y el Reglamento de Contabilidad aplicable a las comunas bonaerenses;
-No fueron entregados los listados del personal contratado por el Concejo, ni el inventario de los bienes y valores existentes, detalles de órdenes de compra y rendición de caja chica, entre otros.
-Tampoco se entregó el corte del presupuesto ejecutado y comprometido a la fecha de cambio de autoridades.
En el decreto 4023, que lleva la fecha del 5 de junio de 2018, Rolón también destaca que la Presidencia del Concejo y la Secretaría Administrativa ni siquiera pudieron tomar posesión de las oficinas que el Concejo Deliberante tiene dispuestas para el uso de estas autoridades, por lo que se encuentran privados de “utilizar los medios adecuados indispensables para llevar adelante la administración del Cuerpo”.
“Le resulta imposible al Presidente y al Secretario de este Cuerpo cumplir con las funciones asignadas por los artículos 80 y 83 de la Ley Orgánica de las Municipalidades y el Reglamento de Contabilidad de la Provincia de Buenos Aires”, se expone en el decreto.
Rolón explicó que por esta situación, no se encuentran dadas las condiciones jurídicas y administrativas mínimas indispensables que aseguren el correcto funcionamiento del Concejo Deliberante de San Isidro.
Por estas razones, el escrito establece reprogramar la sesión ordinaria del día 6 de junio de este año para el día 13 de junio próximo, a las 12, notificando al respecto a cada uno de los concejales.
Rolón intima además al concejal Carlos Castellano (presidente saliente del Concejo) y a Gabriel Estoroni (secretario administrativo saliente), a hacer entrega de toda la documentación perteneciente al Honorable Concejo Deliberante “en el plazo perentorio e improrrogable de 48 horas, bajo apercibimiento de ley”.
“La transparencia no se habla, se practica”, resumió Rolón.