El buen rendimiento de Tigre en lo que va del campeonato tiene una explicación cuando se analiza el equipo: la columna vertebral funciona. Una defensa sólida y ataque rendidor son las dos claves del Matador “made in Alfaro”.
Por: Dario Guadalupe
Que Tigre esté en los primeros puestos de la tabla parece una sorpresa para el mundo del fútbol argentino. Pero los que conocen el asiduo trabajo táctico puertas adentro ven en éste desenlace una consecuencia normal. Los equipos de Gustavo Alfaro siempre se caracterizaron por tener dos máximas innegociables: una defensa firme e inexpugnable y un ataque rápido y efectivo. Y éste Tigre versión 2015 no es la excepción.
El comienzo del año trajo muchas caras nuevas a la institución, tal es así que se dudaba de que el equipo funcione correctamente. Las partidas de Ignacio Canuto y Pablo Cáceres dejaron huecos importantes en la defensa y en el ataque Sebastián Rincón no terminó bien el año dejando sólo al Chino Luna.
Pero los nuevos, gracias a un buen trabajo del cuerpo técnico, no defraudaron. Primero, la defensa titular del equipo se convirtió en la principal arma de conjunto de Victoria. Con 13 goles recibidos es la tercera valla menos vencida del campeonato y jugadores como Leandro González Pírez y Ernesto Goñi, se ganaron el cariño de la gente. Ni hablar de los históricos como el Chimi Blengio que sigue vigente y ya le ganó el puesto a Mariano Echeverría que llegó para ser titular y ahora es la segunda opción. Pero el dato más contundente es que la solidez se mantiene a pesar de los nombres. Lesiones y suspensiones afectaron el armado de la última línea pero la defensa se mantuvo firme en todo momento, lo que habla del buen recambio que dispone el técnico, sumado a su gran motivación para que los que entren lo hagan bien. Así, jugadores como Martín Galmarini se reencontraron con las buenas actuaciones y hoy son titulares.
Por otro lado, la cuestión a resolver era la falta de gol. Alfaro pidió un grandote en el área y la dirigencia trajo a Marcelo Larrondo, jugador criado en Europa con todo lo que eso implica. Y no defraudó. Tres goles en trece partidos para el mendocino que no pudo continuar en el club, ya que el club no pudo pagar su pase. Y Luna. El Chino siempre está en Tigre. Siempre aporta goles y este torneo no fue la excepción: seis goles en los diecisiete partidos que lleva jugados. Pero la ida de Larrondo y Bertoglio en el receso, más la falta de maduración de Leandro Garate, hicieron que quedara muy solo. Pero Alfaro no se dejo estar. Reavivó al colombiano Rincón y le dio la confianza necesaria poniéndolo de titular, hecho que dio frutos ya que el cafetero lleva dos goles en los últimos tres partidos. Y hay que sumar a la ecuación a Fede González que ya marcó e ilusiona con más tantos.
Con la estructura básica armada, hay material para confiar. Por lo tanto, en la pelea por la clasificación a las copas, y por qué no el título, el Matador respira tranquilo. Porque la base está.