La vorágine de la vida cotidiana en la ciudad muchas veces complica la salud mental de los ciudadanos. Todos los fines de año, sentimos que sufrimos “estrés” por la cantidad de tareas acumuladas ya sea en los estudios, como en el trabajo o a nivel personal.
Como no estamos exentos de este “estrés de fin de año”, desde QUE PASA, brindamos información que sirva para poder sobrellevar este fin de año con más calma. Para saber un poco más sobre esto, tomamos varias recomendaciones y explicaciones de un referente de la zona norte, el Dr. Daniel López Rosetti, especialista en Clínica Médica, Cardiólogo Universitario y Jefe del Servicio de Medicina del Estrés Hospital Central de San Isidro.
López Rossetti deja en claro que el estrés “es normal hasta cierto punto" porque "es sinónimo de vida", pero sostiene que el equilibrio es siempre lo más importante: “El humano necesita el estrés al igual que el azúcar en sangre para vivir. Si tiene más azúcar en sangre que lo que tiene que tener, se llama diabetes. Si tiene más estrés del que tiene que tener, se llama disestrés o estrés malo”. “Es necesario tener un nivel 'x' de estrés para poder responder adecuadamente a las demandas de la sociedad y de la vida cotidiana”.
Aunque no hay una fórmula específica para bajar el estrés, señala además que los fármacos no son la solución: “El sufrimiento es sinónimo de estrés. Hay que diferenciar depresión con sufrimiento y tristeza. Muchas veces la gente que está triste toma antidepresivos y eso es un error. La tristeza no se medica, se procesa. Los sentimientos no se medican, justamente porque tienen que evolucionar, no se pueden tapar con fármacos. Los principales remedios no se compran en farmacias, están en uno”.
Entonces ¿Cómo evitamos el estrés de fin de año? ¿Qué solución hay si ya estamos “estresados”? Repasando un poco lo dicho por el Dr. Rosetti, es importante entender que se pueden desarrollar estrategias para prevenir el estrés:
- Identificar las situaciones que resultan estresantes y evitarlas.
- Ser conscientes de las propias limitaciones y no asumir responsabilidades que no se está seguro de poder cumplir.
- Establecer un criterio de prioridades a la hora de afrontar las obligaciones y los retos que le esperan a uno.
- Si se decide realizar cambios importantes en el estilo de vida, como cambiar de trabajo o de casa, deberán planificarse con detalle y con antelación suficiente.
- Desarrollar una comunicación fluida con los demás y compartir ideas, inquietudes, deseos, proyectos, etc.
- Dormir el tiempo necesario para descansar. Ni más, ni menos (entre seis y ocho horas diarias).
- Hacer ejercicio regularmente.
- Seguir una dieta equilibrada.
Por último, el especialista sostiene que "hay que saber parar para relajarse, reflexionar sobre las causas de esa situación de estrés y serenarse para tomar decisiones o cambiar actitudes que permitan reducir el impacto del estrés".
"Hay que disfrutar de las cosas y los momentos buenos que ofrece la vida: salir con los amigos, dar un paseo, un viaje de fin de semana, ir al cine o al teatro… Son muchas las actividades que permiten romper con la situación de estrés y, por tanto, alejarse de él", culmina y deja otra serie de recomendaciones para complementar con las anteriores:
- Evitar las bebidas excitantes: elevan la tensión nerviosa y por tanto el estrés.
- Un baño caliente: permite relajarse y ayuda a eliminar la tensión muscular.
- Evitar aislarse: cuando se está sólo se tiende a seguir analizando los detalles de la situación que produce el estrés, lo que no hace sino aumentarlo.
- Cambiar las rutinas: en momentos de estrés lo mejor es cambiar las rutinas habituales y ayudan a desconectar, como se dice coloquialmente.
- Delegar: esto es importante especialmente cuando las situaciones de estrés se producen en el ámbito de trabajo. Hay que aprender a trabajar en equipo y a delegar en otros compañeros. No se puede controlar absolutamente todo o asumir sólo toda la carga de trabajo. Una buena organización es también indispensable.
- Reír: la risa es una excelente terapia frente al estrés.