Despues del estreno de la película “El Clan” muchos de los turistas que llegan a San Isidro se acercan para fotografiarse en el portón den la casona donde la familia tuvo secuestradas a sus víctimas. Hace ocho meses se mudaron allí dos diseñadores que no conocían la historia. Y la empresa de seguros que se ubicaba al lado, decidió mudarse.
Después de la ya clásica foto frente a la Catedral sanisidrense, el recorrido centrico por San Isidro a sumado una parada obligada: la casa de los Puccio. Allí a toda hora, y mas los fines de semana, se puede observar curiosos que se acercan a fotografiarse y a intentar usmear dentro de la casona, como se ve en la foto (gentileza Clarín).
El lugar está ubicado en la esquina de 25 de Mayo y Martín y Omar, en el centro de San Isidro y a dos cuadras de la Catedral y del club CASI, donde jugaban al rugby dos de los hijos de Arquímedes, Alejandro y Daniel, que también formaban parte de la banda.
La película protagonizada por Guillermo Franccella rescató del baúl del olvido una trama brutal y sanguinaria cuyos detalles recién empezarían a trascender a partir del 23 de agosto de 1985, hace ya casi 30 años. Aquel día, los Puccio quisieron cobrar un rescate por la empresaria Nélida Bollini de Prado (59), quien sería liberada por la Policía tras haber pasado 32 días cautiva en el sótano de la casona donde vivían Arquímedes, jefe de la banda, su esposa, Epifanía, y sus cinco hijos.
La saga del llamado “Clan Puccio” incluyó el secuestro y asesinato de dos rugbiers (Ricardo Manoukian y Eduardo Aulet), el crimen de un empresario al que intentaban capturar (Emilio Naum) y el caso de Bollini del Prado.
Según determinó la Justicia, Arquímedes y sus dos hijos contaban con la colaboración del militar retirado Rodolfo Franco y de dos amigos: Guillermo Fernández Laborde y Roberto Oscar Díaz.
Nada de toda esa historia era conocida por los dos jóvenes diseñadores industriales que alquilaron la casa hace ocho meses. Tuvieron que rescatarla del abandono casi absoluto. Según contaron a Clarín, una de las cláusulas que le puso la esposa de Arquímedes, todavía dueña de la propiedad, prohíbe sacar fotos en el interior. Así y todo, firmaron.
La esquina contigua a la casa, que también es de la familia Puccio, estuvo alquilada hasta hace diez días a una empresa de seguros que, al estrenarse “El Clan”, la película dirigida por Pablo Trapero, decidió mudarse: debajo, está el sótano acondicionado en el que la banda tuvo cautivas a sus víctimas. “Era gente de mierda y es un lugar de mierda, qué más puedo opinar”, resume un vecino a Clarín.
Fuente: Clarín