| Por Matías Suárez |
Posse suma con Massa que suma con Durrieu que no suma con Posse. Así es difícil arriesgar un resultado. Como en ninguna otra elección a concejales en San Isidro la incertidumbre parece atar la definición a un juego de confusiones.
La decisión electoral en San Isidro se ve entrecruzada por el fervor político que empuja a Sergio Massa y el arraigo del apellido Posse en los sanisidrenses.
Aquella seguridad de otros años que presentaba el partido del intendente Gustavo Posse para mantener su mayoría en el Concejo Deliberante, que era su prisma con el que podía atravesar cualquier color político, de cara al 27 de octubre parece encerrado en su propio juego.
Sin importar los acuerdos políticos y la figura que lideraba su lista, la presencia fuerte del possimo en el Concejo Deliberante no se veía afectada, los vaivenes políticos de la Provincia de Buenos Aires nunca antes se había metido tanto en San Isidro.
La reconocida cintura política del intendente en cuestiones electorales se ve cruzada por una interna en el seno de su distrito. Una de las fortalezas de Posse siempre fue el nivel de desconocimiento de sus rivales electorales, pero la interrupción de Marcela Durrieu en está elección, ligada a la figura de Sergio Massa, parece haber empañado un acuerdo que en el escenario provincial da la impresión de andar por buenos andariveles, pero dentro del distrito nada parece ser lo que es.
Con una Durrieu abiertamente decidida a ganarle al possismo, que cuenta en su haber ir en la lista oficial del Frente Renovador y formar parte del entorno íntimo de la figura política del momento; y con el peso electoral del apellido Posse en el distrito, que va con una lista colectora pero dentro de ese mismo espacio, el resultado queda delimitado en ver cuanto del caudal de votos que obtendrá Sergio Massa irá para la lista de Durrieu y cuanto mantiene el arraigo possista.
Cada vez queda más claro que en esta elección lo más importante son los colores: ¿qué lista va a tomar el votante, toda la lista de negro, rojo y amarillo, ó la que tiene el fin de lista monocromática?
¿Qué tipo de votante tendrá el 27 de octubre? ¿Uno que vota a Massa ó que vota a Massa y también a Posse? ¿Tal vez tenga uno que vota a Posse y por lo tanto le suma a Massa? ¿Uno que no quiere votar a Posse entonces vota a Durrieu? ¿Y uno qué quiere votar a Massa solamente, a quién beneficiará a Posse ó a Durrieu?
Claro está que en este juego de confusiones lo convencidos no participan, los invitados son aquellos votantes que no eligieron ninguna de estas dos opciones, los que van a cambiar el voto, los que no votan con una tijera en el bolsillo, esos que a la política nacional la tiene de taquito pero en la local hacen agua, y por supuesto aquellos que no miren bien en el cuarto oscuro son los principales bienvenidos.