A 16 años de la desaparición de Viviana Altamirano, una joven que fue vista por última vez cerca de su casa en el partido de Tigre, su familia pide que se reactive la búsqueda en los terrenos de un femicida que en enero último descuartizó a su esposa y se suicidó clavándose un cuchillo en el pecho al ser descubierto por la Policía en Pilar.
El sospechoso, identificado como Lorenzo Esteban Duarte Martínez (57), era vecino de la mujer desaparecida y el 28 de abril de 2004 fue una de las últimas personas a la que la vieron con ella.
“Yo estaba convencida de que había sido él, desde el primer momento se lo apuntó pero todo quedó en la nada hasta que en enero nos enteramos que era un descuartizador”, dijo Graciela Altamirano, tía de Viviana.
La mujer recordó que Duarte Martínez era un “reconocido delincuente de la zona” y que tras la desaparición de su sobrina también estuvo sin ser localizado los primeros “dos meses”, por lo que la investigación se centró en ese hombre.
Incluso, la Policía realizó un allanamiento en una casa del sospechoso ubicada en Del Viso, partido de Pilar, donde “encontraron ropa de ella”.
“Todas las prendas con las que ella había desaparecido fueron encontradas pero Duarte dijo que eso había sido ‘plantado’ por la Policía y después descartaron que haya tenido que ver”, aseguró Graciela y añadió: “Estuvo catorce años detenido por distintos hechos pero en abril lo soltaron.”
De acuerdo a su testimonio, “la causa estuvo como búsqueda de paradero durante muchos años, se abrieron varias líneas de investigación para ver si había alguna esperanza, aunque sea muy duro, de que esté en una red de trata y no como terminaron estas últimas víctimas”.
El expediente fue archivado por la fiscalía de Tigre dado que no había nuevos elementos de prueba pero después de los últimos acontecimientos en los que Duarte Martínez estuvo involucrado el fiscal Jorge Nocetti lo reabrió.
Es que Rosa Antonia Acosta Brizuela (55), de nacionalidad paraguaya, última pareja del hombre, fue asesinada este año.
Ese femicidio fue descubierto el 27 de enero, cuando Duarte Martínez caminaba junto a las vías del Ferrocarril San Martín y cargaba una pesada bolsa negra de plástico, lo que llamó la atención de un pasajero del tren que aguardaba la llegada de una formación en la estación de Villa Astolfi, Pilar.
El pasajero llamó a la Policía y contó que acababa de ver a un hombre que cargaba la bolsa de residuos, la cual se le enganchó con un alambrado, a raíz de lo cual vio salir del interior de la misma lo que le pareció ser una pierna.
Ante esa situación, los policías montaron un operativo y comenzaron a buscar al sospechoso, que al advertir la presencia de los efectivos abandonó la bolsa a un predio de la calle Guido y salió corriendo.
A unos 600 metros, en Santa Fe y San Jorge, el hombre fue rodeado por policías que llegaban al lugar a bordo de patrulleros y antes de ser detenido extrajo un cuchillo y se lo clavó en el pecho, a la altura del corazón, lo que le provocó la muerte.
Un mes antes, el fiscal Gonzalo Acosta, que investiga todas las denuncias por averiguación de paradero del Departamento Judicial San Isidro, había pedido la detención de Duarte Martínez en el marco de la investigación por la desaparición de un hombre llamado Guillermo Díaz, a quien había conocido en una cárcel.
Sin embargo, el juez de Garantías de San Isidro, Esteban Rossignoli, no convalidó el pedido por falta de pruebas y el hombre continuó en libertad.
Además, tras el femicidio de su esposa, los investigadores centraron la pesquisa en hallar a otra mujer, María Mercedes Gauto (46), la cual también fue pareja tiempo atrás de Duarte Martínez y cuyos familiares denunciaron su desaparición en junio del año pasado, cuando fue la última vez que tuvieron noticias de ella.
“Era un vecino, sabíamos que era un delincuente pero no sabíamos que era un violador y menos un descuartizador, el problema es que el hombre amplió la zona, tenía cinco domicilios posibles cuando desapareció Viviana”, dijo Graciela, quien está asesorada por el Programa Nacional de Lucha contra la Impunidad (Pronalci) del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
La mujer afirmó que antes del aislamiento social era “un momento clave para cotejar un montón de cosas que habían pasado en el expediente relacionado con Duarte y el último femicidio”.
Graciela pidió que continúen la búsqueda ya que el Equipo de Antropología Forense intervino y obtuvo ADN de la madre de la joven “para cotejar en el caso en que se encuentren restos humanos”.
En ese sentido, fuentes judiciales dijeron que la investigación continúa respecto a la desaparición de Díaz, Gauto y Altamirano pese a que a la cuarentena limitó las medidas tendientes al hallazgo de esas personas.
“Está el responsable material que pudo haber sido Duarte pero en esta cadena el sistema judicial deja mucho que desear. Lo largaron y el tipo se casó con la mujer que terminó matando entonces ¿cuál es la intervención de la Justicia, quiénes son los asesinos?”, se quejó Graciela, quien pidió “activar la búsqueda”.
Fuente: Télam