Será este domingo 8 de febrero. Compartimos el mensaje del Obispo de San Isidro, Monseñor Oscar Ojea.
El mundo sufre hoy el fenómeno espantoso donde hermanos nuestros están sujetos a la explotación, al comercio sexual y otras formas de esclavitud. Generalmente estas personas son engañadas con la promesa de ganar dinero fácil. Son llevados a otros lugares donde no conocer a nadie y son privados de su libertad. Lugares muy lejos de su tierra, de sus pueblos y allí aquellos que viven de este comercio los explotan.
El Papa Francisco ha denunciado desde que era Arzobispo de Buenos Aires con mucha insistencia, luego ahora como Pontífice también, esta miseria del mundo de hoy en la cual hermanos nuestros están sometidos a este comercio.
El Papa nos pide una oración para ponernos al lado del dolor, del silencio y la impotencia que viven estos hermanos nuestros sometidos a esta pobreza tan profunda.
Al mismo tiempo pone el Papa también en la oración a estas personas que viven de este comercio terrible, para que puedan cambiar el corazón. Esta realidad de la trata de personas es una de las consecuencias de la violencia del mundo en que vivimos. Hay que terminar con una ofensa tan grande, que atenta contra la dignidad de las personas, negándoles el derecho a la libertad. Es uno de los males más grandes del mundo en que vivimos.
Le pedimos a Santa Josefina Bakhita, una mujer africana que fue vendida como esclava. Un hombre la compro para sacarla de esa realidad y vivió su vida religiosa entregada a los más pobres y con una enorme sensibilidad para este gran problema. Repito, una de las grandes miserias de la humanidad.
Los invito junto con el Santo Padre a participar de esta jornada de oración de este domingo 8 de febrero.
Oscar Ojea
Obispo de San Isidro