Monseñor Ojea dio una misa este domingo en la parroquia Nuestra Señora de La Cava, ubicada en ese barrio de la localidad de Beccar, en San Isidro. El párroco de la comunidad, al abrir la transmisión de la misa por las redes sociales, expreso que al enterarse el obispo del asesinato de un joven del barrio le dijo de poder celebrar misa juntos para rezar por la familia "que vive el dolor de una muerte tan dolorosa".
En primer lugar, el obispo quiso dirigir su mensaje a la familia del joven asesinado, y a la familia del adolescente que le quitó la vida. “El Padre nos mira”, expresó y sostuvo además que "todo el sufrimiento inalcanzable como el que estas dos familias están viviendo, por más que no sea noticia, es certeramente conocido por el Señor, y el Señor está más presente que nunca en una familia que sufre de este modo”.
Luego el monseñor Ojea dirigió su mensaje a los vecinos del barrio, alentándolos: “Por favor, no piensen que esto no se puede cambiar, como que esto es algo más que pasa”,
“Quería pedirles que no hagan pactos con el mal” dijo, y agregó: “No nos tenemos que dar por vencidos en la lucha por el cuidado de la vida”.
Recordando a los dichos de quien fuera párroco de esa parroquia, monseñor Jorge García Cuerva, Ojea expresó: “Él siempre nos decía 'Luchemos para evitar que se vivan las 3 C, la calle, la cárcel, el cementerio'. Era como un proceso inevitable de tantos chicos nuestros en este barrio, como si fuese un destino. Cortemos ese destino, hablamos de otras C: casa, colegio, club, capilla”.
El obispo, dirigiéndose a quienes no viven en el barrio La Cava, y que al barrio lo observan a distancia, dijo: "La infancia de este joven asesinado no fue fácil, estuvo en una institución de menores, faltó la presencia del papá y en algún momento de la mamá: ¿Dónde estaba el Estado? ¿Dónde estamos nosotros? ¿Dónde está nuestra comunidad? ¿Dónde están nuestras instituciones?”.
"Cuando hablamos de cuidar la vida, no podemos ser expulsivos, no podemos ser expulsivos de nadie, por más que la situación se presente difícil: es un modo de ponernos a prueba. Jesús vino para estar particularmente con ellos, y nosotros no podemos renunciar a ese mandato”, concluyó Ojea.
Antes de terminar la misa, el obispo pidió rezar a la patrona de la Comunidad, Nuestra Señora de la Cava y dijo: “Le rezamos a María, para que libre al barrio, de no se quiénes, que ponen armas en las manos de nuestros jóvenes”.