Ana del Nacional de San Isidro, Santiago del Santa Isabel, Guillermina del Winter Garden, tres jóvenes, tres experiencias frente a la votación del domingo.
El domingo pasado ocurrió un hecho inédito e, a priori, inesperado: un 80% de los jóvenes de 16 y 17 años dieron el presente en las urnas y le mandaron un mensaje a la sociedad. Resultados aparte, la notoria participación de los adolescentes en las PASO es una victoria perse, que abre el debate de cómo acompañar y seducir a este nuevo electorado.
Ana tiene 17 años y le tocó votar en una escuela de Beccar, a pocas cuadras de su casa. Estudia en el colegio Nacional de San Isidro y cuenta que se informó de muchas maneras: “Vía internet, discutiendo personalmente y con charlas debate en el colegio”, y agrega que se sintió “orgullosa de haber participado en la elección de sus representantes”. Su compañera Mica, también de 17, cuenta con cierta amargura que no pudo votar por haberse quedado afuera del padrón. “Me parece importantísimo que nos permitan votar y creo que es un derecho ganado” opina la adolescente sanisidrense. Pero también cuestiona ciertas prohibiciones: “No tiene sentido que nos piensen maduros para votar, pero no para comprar alcohol o para entrar a un boliche después de las 12”. Ambas coinciden en que es el colegio la primera institución que debe guiar a los jóvenes hacia la participación política y democrática, sin priorizar ninguna bandera partidaria. En este sentido, Ana sostiene que: “la juventud es el presente para un mejor futuro y que día a día nos vamos introduciendo cada vez más en la política”
Diferente es el caso de Santi, estudiante del colegio Santa Isabel, de 16 años, quien decidió no votar a pesar de formar parte del padrón. “La verdad que no me siento preparado, es mucha responsabilidad” dice. Comenta por lo bajo que ni en su colegio ni en su casa se trató el tema, y que, además, sus amigos tampoco votaron. “No me gusta meterme en política” confiesa.
Otra situación pasó Guillermina, mejor conocida como Guille, egresada del Winter Garden y vecina del firmante. A pesar de sus 19 años recién cumplidos, es la primera vez que vota, y admite haberlo hecho “sin ganas, y con poco conocimiento de los candidatos”. “La verdad que me guie por lo que decían mis viejos, y un poco la tele”, También destacó la enorme espera, casi una hora, para poder emitir el sufragio.
Estos testimonios no apuntan a brindar precisiones sobre la juventud de san isidro ni mucho menos a nivel nacional. Son simples pantallazos de la diversidad que se da en la juventud tanto en la política como en los demás aspectos de la vida. La ley abre un camino para todos los jóvenes que buscan su espacio en la política, sin embargo para que este cambio sea realmente fructífero, las instituciones deben replantearse el lugar que le dan a este actor social. Sin un marco preparatorio para que estos jóvenes se concienticen y adquieran herramientas para poder participar de forma activa de la política, la ley quedará en la nada. El domingo, unos 480.000 jóvenes dieron su opinión. Es trabajo de todos, que cada vez sean más.
Foto: Crónica