Para poder vencer a un Boca desesperado por ganar, Tigre deberá ser inteligente y aprovechar todas las circunstancias del partido. La lucha en el medio y la velocidad del contragolpe serán factores claves.
Por: Darío Guadalupe
No hay duda que es el partido más importante del año. Sobre todo más importante que los de la Sudamericana. La posibilidad de estar más cerca de la Libertadores, y de paso, ser el equipo de moda por arruinarle el campeonato a Boca (al menos por una fecha), es un menú tentador para no dejar pasar la chance. Por lo tanto, el conjunto de Alfaro deberá hacer un buen partido, no sólo desde lo futbolístico, sino desde lo táctico para poder llevarse los tres puntos y el reconocimiento del fútbol argento.
Si hay un técnico que no deja ningún detalle al azar y que piensa cada detalle, ese es Gustavo Alfaro. Pero el miedo a que Tigre se defendiera constantemente y no juegue con la situación y el contexto, es el miedo de todos los hinchas. Tigre no deberá defenderse a pleno. Tendrá que buscar un punto medio para poder soportar el asedio xeneize, pero al mismo tiempo, estar en situación constante de ataque.
En esa situación, es clave la función del medio campo. Arzura tendrá que anular la generación de juego de Boca con Cubas, y tanto Sánchez como el “Japo”, ganarle la espalda a los laterales del conjunto de Arruabarena. El único inconvenciente, es la falta de velocidad. Luna no puede comenzar la jugada desde el medio, y Rincón todavía no está en condiciones de ponerse el equipo al hombro. Por lo tanto, patear el tablero, y poner a Wilchez como enlace y dejar un solo delantero, no sería mala idea. Pero es difícil sacar a Alfaro de su libreto.
Si Tigre es inteligente, puede llevarse mucho de La Bombonera. La presión la tiene Boca, y si el Matador aprovecha eso, le generará más de un dolor de cabeza.