Hace unos días el municipio anunció que terminó de conectar un “anillo” de cámaras que controlan los ingresos a la villa La Cava de Beccar (ver nota). Decidimos acercarnos a para hablar con vecinos de este barrio y preguntarles qué es lo que opinan de esta medida.
Las últimas inundaciones pusieron al descubierto muchos problemas que desde hace décadas se viven en el barrio La Cava. Esto motivó que cada martes un grupo de vecinos comenzaran a juntarse en asamblea para encontrar juntos soluciones a problemas, principalmente habitacionales. Han organizado una movilización y gracias a esto consiguieron que el municipio empiece a trabajar en desagues para algunas de las zonas más comprometidas cada vez que llueve. También se han entregado algunas viviendas del Plan Federal, que ya estaban construidas, pero que se demoraban sus adjudicaciones.
“En la Cava hay muchos problemas habitacionales desde hace muchos años, los vecinos nos hemos dejado estar un poco, pero a raíz de las inundaciones todo esto salió a flote” nos dice Fernanda, vecina del barrio.
“Después de la movilización, en la municipalidad se nos recibió muy amablemente. Por suerte se pudo abrir ese diálogo. Y se ha empezado a trabajar en los desagues para el sector Cava Grande, quizás no como esperábamos, pero se está haciendo”, cuenta Mariela.
“El problema es que el Plan Federal de vivienda está parado. En Cava Grande hay 1800 familias que se censaron en su momento y se les prometió la urbanización del barrio. De esas no se han mudado a ninguna. Se han hecho viviendas en sectores periféricos, pero en Cava Grande no”, agrega Mariana.
Cuando consultamos sobre qué es lo que dicen las autoridades sobre el Plan de Viviendas trunco, Fernanda, una de las interlocutoras de la Asamblea nos cuenta: “en la Municipalidad siempre dicen que no hay plata, que para un Plan de Viviendas la plata tiene que llegar de Nación, y no llega. Pero a nosotros, concejales, nos han hecho llegar planillas donde muestra que la plata, Nación, la envía. Pero tampoco nos han sabido explicar mucho, como desglosar ese número. Lo cierto es que para viviendas no hay plata, pero si vemos que hay plata para otras cosas. Acá hay situaciones de mucha urgencia, situaciones de mucha precariedad, que no podemos creer como dentro de un distrito tan rico y de tanta opulencia existen estas cosas en el 2013”.
En la charla surge el tema del “anillo” de cámaras con que el Municipio rodeó la Cava. “Nosotros sufrimos una doble inseguridad, la de los delincuentes y la de la gendarmería. El otro día entraba al barrio y me agarro gendarmería y me golpeó por nada. Después se disculparon, dijeron que para ellos es difícil distinguir entre buenos y malos. Pero a mí me golpearon. Eso no es seguridad para nosotros”, dice uno de los vecinos.
“La urbanización que buscamos también es por seguridad. Acá no entran patrulleros, ambulancias. Nosotros queremos progresar. Educar a nuestros hijos en valores del respeto, responsabilidad y trabajo. Esas cámaras no son para protegernos a nosotros. Son para los que están fuera de la Cava. Supuestamente la delincuencia está acá adentro y protegen a los vecinos de afuera de nosotros. Nosotros sufrimos también la inseguridad. La Cava está llena de familias trabajadoras, de gente que estudia, de organizaciones, bibliotecas, militantes sociales que trabajan con chicos, grandes y abuelos, y todas estas cosas no las tienen en cuenta cuando hablan de seguridad” afirma Fernanda.
“Quien nos protege a nosotros de estas cámaras que nos acorralan. Son un medio muy poderoso. Parece que quieren que esto siga siendo un pozo”, dice Mariana.
“Yo creo que esto es peor, que enoja al vecino que se siente postergado. Nosotros queremos crecer como barrio, ser iguales a todos” reflexiona Mariela.
“Hay que trabajar desde la prevención, invertir en eso y no en cámaras. Siempre se ataca la consecuencia y no la causa. La causa es el asinamiento que vivimos en el barrio, la falta de condiciones dignas para vivir. La Cava es consecuencia de un Estado ausente y una sociedad que mira para otro lado” sentencia Fernanda.
Foto: Gentileza Revista Q´