El último sábado, una multitud se movilizó a Plaza de Mayo para celebrar los 203 años de la revolución de Mayo y los 10 años de kirchnerismo. Sobre esta década kirchnerista escribe el concejal Leandro Martín, referente del gobierno nacional en San Isidro.
Resumen de una década: un futuro para ganar |
Por Leandro Martín
Néstor Kirchner, en su discurso de asunción a la presidencia el 25 de Mayo de 2003, dijo que venía a proponer un sueño, que era el de volver a tener una Argentina de todos y para todos; muchos argentinos, y con justa razón, debido a décadas de discursos vacíos, creyeron a medias en aquellas palabras.
Diez años después, más allá de las dificultades propias del ejercicio del gobierno, podemos decir que el sueño está parcialmente cumplido, pero lo más importante es que quedó demostrado que es posible realizar ese sueño.
El crecimiento económico de esta década, lejos de compartirse mediante la ilusoria teoría del derrame, fue redistribuido tanto hacia los sectores más vulnerables como para rearmar al aparato productivo desguazado en la década de los noventa. De esta forma no solo se aplicaron políticas activas que redujeron la pobreza sino que se recuperaron una enorme cantidad de puestos de trabajo, llevándonos a los niveles de empleo más bajos de la región. La Asignación Universal por Hijo, la apertura de paritarias anuales, la incorporación de más de dos millones de jubilados al Sistema de Seguridad Social y el aumento pautado y semestral de sus haberes, entre otras, son resultados concretos de esta década ganada.
Néstor Kirchner, en su discurso de asunción a la presidencia el 25 de Mayo de 2003, dijo que venía a proponer un sueño, que era el de volver a tener una Argentina de todos y para todos; muchos argentinos, y con justa razón, debido a décadas de discursos vacíos, creyeron a medias en aquellas palabras.
Diez años después, más allá de las dificultades propias del ejercicio del gobierno, podemos decir que el sueño está parcialmente cumplido, pero lo más importante es que quedó demostrado que es posible realizar ese sueño.
El crecimiento económico de esta década, lejos de compartirse mediante la ilusoria teoría del derrame, fue redistribuido tanto hacia los sectores más vulnerables como para rearmar al aparato productivo desguazado en la década de los noventa. De esta forma no solo se aplicaron políticas activas que redujeron la pobreza sino que se recuperaron una enorme cantidad de puestos de trabajo, llevándonos a los niveles de empleo más bajos de la región. La Asignación Universal por Hijo, la apertura de paritarias anuales, la incorporación de más de dos millones de jubilados al Sistema de Seguridad Social y el aumento pautado y semestral de sus haberes, entre otras, son resultados concretos de esta década ganada.
Leandro Martín, el sábado en Plaza de Mayo |
El Estado ha sido fortalecido a través de una serie de decisiones políticas estratégicas que significaron el pleno ejercicio de nuestra soberanía política, entendida ésta como la capacidad que tiene un Estado para concretar el destino colectivo de un Pueblo. Así volvieron al Estado los recursos naturales estratégicos mediante la expropiación de YPF, las AFJP, nuestra línea Aérea de bandera, la recuperación de empresas enajenadas a precio vil, el desendeudamiento del FMI y de los tenedores de Bonos, la reforma de la carta del Banco Central, etc. Todas ellas puestas al servicio del crecimiento con inclusión social.
Después del plan sistemático de vaciamiento del Estado y de sus fuerzas productivas iniciado en 1976 y tristemente expuesto en la crisis de 2001 – 2002, esta década se caracterizó también por el desarrollo de una matriz productiva moderna, pujante y diversificada. La revitalización de la industria nacional mediante políticas activas replicó en un formidable crecimiento no solo de la cantidad bruta de producción sino fundamentalmente de las características competitivas de lo producido. La presencia del Estado jugó a favor de las pequeñas y medianas empresas, promoviendo la sustitución de importaciones e impactando directamente en la consolidación del empleo.
No es casualidad ni vientos de cola el hecho de que en los últimos 10 años, la clase media argentina se haya duplicado. Según un informe del Banco Mundial, la clase media en argentina aumento de 9.3 millones a 18.6 millones, el mayor porcentaje de crecimiento de la clase media en toda la región durante la última década, seguido por Brasil con 22 por ciento y Uruguay con 20 por ciento.
Las políticas de Derechos Humanos y su repercusión en los juicios por la Memoria, la Verdad y la Justicia, la conformación de una Corte Suprema de Justicia irreprochable para el resto de la sociedad, el avance en derechos civiles de vanguardia como lo son el matrimonio igualitario y de identidad de género, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual votada con amplias mayorías parlamentarias y extensamente debatida en el seno de la sociedad, dan cuenta de un modelo político, social y cultural que trasciende una circunstancial permanencia de un grupo de personas en el gobierno, es la herencia virtuosa que deja una generación de hoy para las generaciones venideras.
Estas políticas no beneficiaron a un solo sector, ni a una región en desmedro de otras. En cada provincia, en cada municipio, obras de infraestructura van recuperando un paisaje desolado, pero también dando cimiento a una Argentina más integrada, más justa y equilibrada en todo sentido.
San Isidro no ha estado exento de este cambio positivo. Las históricas deudas pendientes por parte de este gobierno municipal que ejerce el poder desde hace 30 años, fueron saldadas en su mayoría por la voluntad de un Gobierno Nacional que estuvo dispuesto con generosidad política a resolver los grandes problemas de nuestro distrito. La urbanización de barrios y el mejoramiento de viviendas, la construcción del Túnel de “las cuatro barreras”, el aliviador del arroyo Pavón, el tendido cloacal para los vecinos que no contaban con este básico servicio y numerosas obras de infraestructura son el resultado de esta década ganada. Resulta de toda justicia reconocer el resultado de este esfuerzo nacional volcado a nuestro distrito.
Pero con todo lo que significa la voluntad política de un gobierno, poco de lo realizado podría haberse concretado sin el esfuerzo de la inmensa mayoría de los argentinos. Durante diez años consecutivos todos hemos trabajado duro para recuperar nuestros trabajos y concretar nuestros sueños, demostrando, más allá de climas de enfrentamiento inducidos, que hemos apostado con toda responsabilidad por la convivencia pacífica y democrática.
A eso se refería nuestra presidenta cuando mencionaba la necesidad de “empoderarse”. Debemos reflexionar que fue nuestro trabajo, junto con la formidable voluntad política de una generación, los que nos permitieron ganar una década. Ahora debemos renovar ese compromiso para ganar un futuro para todos, para consolidar el sueño anunciado por Néstor Kirchner hace diez años.