Desde hace algunos meses, la proliferación de ardillas de vientre rojo llama la atención a los vecinos de Escobar, partido donde este animal se encuentra hace cerca de 15 años. Su aparición no sólo genera diferentes daños materiales, como roturas de cables, sino que también preocupa a la población y a las autoridades porque son animales transmisores de algunas enfermedades.
La ardilla de vientre rojo fue introducida en 1970 en la localidad de Jáuregui, partido de Luján, desde Bélgica, aunque son originarias del sudeste asiático. Inicialmente se trató de unos 10 ejemplares que fueron mantenidos en cautiverio en una estancia, pero algunos de estos se escaparon o fueron liberados, lo que dio origen a una población silvestre, que hoy se estima que alcanza los 100.000 ejemplares.
Uno de los principales focos donde este animal está presente hoy, es en el partido de Escobar, particularmente en las localidades de Belén de Escobar y Loma Verde, aunque también otros distritos bonaerense tienen proliferación de ardillas.
"Las ardillas son una especie introducida, no autóctona. Esto se debe a que hubo un criadero en el partido de Luján y algunos ejemplares se escaparon y comenzaron a reproducirse, generando una plaga en la región y no sólo en Escobar, ya que esta especie tiene una alta tasa de reproducción y no existen depredadores naturales", explicaron a QUE PASA desde el área de Zoonosis del Municipio de Escobar.

Además, señalaron que se realizaron reuniones con especialistas de la Universidad Nacional de Luján, pero dada la dificultad que conlleva la contención de su reproducción, "no es un problema de fácil solución ni que pueda resolver de manera autónoma el Municipio". Por eso, dijeron, se plantea "un abordaje integral junto a Provincia y Nación y en este momento estamos analizando distintos pasos a seguir para combatir la plaga".
En redes sociales, vecinos del distrito denunciaron la rotura de plástico de sistemas de riego y de cableado de fibra óptica, luz, teléfono, TV, vehículos, bombas de riego, como así también de techos en edificios y otros bienes materiales.
También contaron señalan que suelen hacer saltar los fusibles de los transformadores porque se electrocutan y que incluso logran hacer agujeros en tanques de agua, donde se meten y mueren ahogadas.
Otra preocupación es que estos roedores son portadores de la bacteria que causa la leptospirosis, una enfermedad infecciosa que puede causar daños en el riñón y el hígado, o incluso la muerte, si no se recibe un tratamiento adecuado.
La principal vía de expansión de las ardillas de vientre rojo es el ser humano debido a que son trasladadas a otros sitios por personas que las consideran vistosas, lo que provoca nuevos focos de invasión y acelera su reproducción. Por este motivo, desde el Ministerio de Ambiente de la Nación recordaron que "el traslado y la liberación de esta especie es ilegal".