Vicente, así lo llamaban la mayoría de sus vecinos en los barrios de Martínez y Olivos, por donde caminó incansablemente durante más de 40 años, falleció hoy en San Antonio de Areco, junto a su familia.
Fue una presencia misteriosa, esquiva, pero a la vez afable, que recorría con su paso rápido los barrios de la zona norte. Muchos hablan de él como “el ángel del barrio”. Y así lo caracterizó el periodista Julio Lagos, que supo entablar un vínculo y retratar algo de su historia.
Para quienes crecimos por Martínez y Olivos, Vicente es parte de nuestra infancia, alguien que con su andar nos mostró desde pequeños lo diversa e insondable que puede ser la aventura humana.
Su nombre real, Nelson Scerritella. Todas las historias que escuché sobre su pasado, no eran ciertas. La más difundida, que era un médico cirujano, y que tras perder a su esposa en una operación, quiso alejarse de todo y comenzó a vivir en la calle. Esa historia servía muy bien para explicar sus formas respetuosas, su afán por la lectura, su vocabulario nutrido. Pero él simplemente explicaba su situación por una fobia. .
En los últimos años, a través de grupos de whatsapp y facebook, vecinos se organizaban para ayudarlo, cosa difícil, por la austera dignidad de Vicente, que poco necesitaba, menos aceptaba y nada pedia.
Hoy murió Vicente. Aquel niño que lo miraba pasar fascinado por el misterio de su presencia, por esa otredad inabarcable, por la posibilidad viva de un total desprendimiento, lo recuerda con emoción en estas líneas.