Se fue la primera mitad del año y comienza el mes de julio, donde aparece en el calendario una de las fechas más importantes para la historia nacional, el Día de la Independencia, que será el único día feriado del mes.
El próximo 9 de julio caerá viernes, y de esta manera, al tratarse de uno de los feriados considerados como "no trasladables", configurará un fin de semana largo de tres días, aunque por las medidas de cuidado que rigen ante la pandemia de coronavirus será difícil poder disfrutarlo con escapadas turísticas o reuniones familiares en espacios cerrados.
La celebración del Día de la Independencia
El feriado nacional del 9 de julio recuerda una jornada histórica en 1816 en la que un grupo de representantes de las Provincias Unidas confirmó en una declaración su intención de poner fin a siglos de dominio colonial español. El histórico Congreso de Tucumán reunió a 28 diputados el día que se firmó la declaración de independencia, que sesionaron y debatieron día a día durante muchos meses para proyectar una nueva nación. Allí se trazaron los primeros lineamientos de lo que luego sería la Argentina.
De acuerdo al portal oficial Educ.ar, aquel Congreso fue convocado cuando la Santa Alianza promovía en Europa la restauración monárquica y combatía los movimientos liberales y democráticos. Comenzó en Tucumán, por el creciente disgusto de los pueblos del interior con Buenos Aires.
Era un contexto más adverso que aquel que rodeó a los hechos de la Semana de Mayo de 1810, cuando el rey de España había caído preso de Napoleón Bonaparte y el ejército francés. En 1816 el reino de España se había liberado de los franceses, el rey Fernando VII había vuelto al trono y se predisponía a recuperar los territorios americanos que estaban en manos de los revolucionarios.
El ejército realista había comenzado a avanzar por toda la región derrotando a una parte de los movimientos independentistas americanos. Desde la supresión de la Junta Grande por el Primer Triunvirato en 1811 y hasta el Directorio de Alvear, la conducción porteña había impuesto sus criterios centralistas, desconociendo las tendencias confederales de la mayoría de esos pueblos.
Las provincias fueron convocadas para reunirse en Tucumán y enviaron sus diputados, las sesiones comenzaron en marzo, pero recién dos meses después comenzaron a darse los lineamientos generales para la Declaración. Estuvieron incluidas algunas provincias del Alto Perú, por entonces en manos realistas, pero no participaron Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos y la Banda Oriental, por diferencias políticas.
Después de arduas discusiones acerca de la forma de gobierno, el 9 de julio de 1816, a pedido del diputado jujeño Teodoro Sánchez de Bustamante, se discutió el proyecto de Declaración de la Independencia, y el Congreso proclamó este día la existencia de una nueva nación libre e independiente de España u otras naciones: las Provincias Unidas de Sud América.
La proclama se publicó en español. También en quechua y aymará con el fin de incorporar al proceso a los pueblos originarios.