El director de Medio Ambiente de San Fernando, Gabriel Tato, habló sobre la situación de los vecinos isleños por el impacto del aumento de la tarifa del transporte colectivo fluvial: “La problemática del transporte público de pasajeros del Delta viene de por lo menos 40 años, y si bien el aumento dio marcha atrás, el boleto impactó igual y creo que el isleño hoy está manifestando que necesita que el Estado le dé soluciones al problema del transporte de una vez”.
A principio de junio hubo un aumento autorizado de la tarifa del transporte entre el 66% y el 100% en la mayoría de los casos y fueron fuertemente resistidos por la comunidad isleña y los sectores turísticos y productivos. El 17 de junio la gobernadora decidió dar marcha atrás y dejar afuera de este aumento a los isleños residentes, reduciendo su importe diferencial en un 60%.
“Quien pagaba 50 pesos antes del aumento, posteriormente y con el retroceso terminó pagando 65 pesos. De todas maneras impactó”, advirtió el funcionario.
A su vez, consideró importante que se cambie la tecnología de cobro por el Sistema Único de Boleto Electrónico: : “La tarjeta SUBE marcaría un antes y un después. Necesitamos que se aplique a la brevedad tomando algunos parámetros, porque si fuese como en el continente no va a causar los efectos deseados. Está bien que se subvencione a una mujer embarazada o a un jubilado pero quienes habitan en el Delta deben ya partir de una tarifa diferencial”.
Acerca del estado de las embarcaciones, el director comentó que “el 95% de la flota que hoy recorren los ríos del delta bonaerense están casi para hacer un museo y para un transporte público de pasajeros. Esta tecnología obsoleta incide en el gasto de combustible, por lo tanto esto se transfiere a los precios y también afecta al desarrollo cotidiano del delta".
“Esta es una temática muy compleja a la que hay que darle abordaje general”, continuó Gabriel Tato y concluyó su opinión: “La Provincia debe poner cartas en el asunto y darle soluciones de fondo. Entendemos que es importante que el productor y el vecino isleño queden por afuera de este aumento. El problema no solo es el transporte, que ya es obsoleto, sino que falta trabajar profundamente sobre los precios y sobre el desarrollo que se quiere para el delta”.