A 39 años del golpe cívico-militar, la Comisión de la Memoria, Verdad y Justicia de zona norte, recordó y reivindicó a los trabajadores navales del astillero Astarsa desaparecidos, ingresando por primera vez al predio que fue declarado patrimonio histórico en 2014.
Por Sofia Gnadinger - Fotos: Nicolás Wolkowicz
La movilización comenzó el sábado alrededor de las 3 de la tarde, familiares, ex trabajadores, miembros de la Comisión de la Memoria, Verdad y Justicia de zona norte, vecinos y agrupaciones políticas se reunieron en Solís y las vías, frente a la entrada del emprendimiento privado Venice, donde antiguamente funcionaba Astilleros Argentinos Río de la Plata S.A (ASTARSA).
Reconocido como el astillero más grande de Latinoamérica en los '70, Astarsa era considerado la vanguardia de la lucha de los obreros navales de la zona norte, debido a los logros conseguidos en su lucha por mejoras en las condiciones laborales y la conquista de derechos.
El acto se desarrolló en el espacio conocido como “La Anguilera”, una plataforma compuesta de un conjunto de bloques de cemento donde se armaban las embarcaciones.
Los familiares y sobrevivientes navales vivieron un momento emotivamente fuerte en el reconocimiento del lugar, relatando la experiencia de trabajo y reconstruyendo el ambiente laboral de aquella época.
"Nunca creí que después de 39 años iba a volver a pisar este lugar en un acto por mantener la memoria de nuestros compañeros desaparecidos. En la Anguilera, construimos nuestra agrupación sindical'', comentó el ex trabajador y secretario general de la agrupación Alessio, Juan Sosa.
En 2008 organismos de recursos humanos le plantearon al entonces intendente de Tigre, Sergio Massa, un proyecto que buscaba resguardar la historia del lugar y levantar un complejo cultural que contara con un museo y una escuela de artes y oficios vinculados a la industria naval, y finalmente en el 2014 el Estado Nacional lo declara por decreto patrimonio histórico.
''Hacíamos los trabajos más sucios e insalubres, removíamos el óxido de los tanques con sustancias muy agresivas. Perdíamos entre uno o dos compañeros por año por accidentes laborales. Nuestra lucha por condiciones de trabajo dignas fueron un ejemplo para la región'', sostuvo el ex trabajador naval, Jorge Abelardo.
La rampa donde se montó el acto improvisado, no sólo era el lugar de armado y descenso de barcos, ''era también un lugar de reunión, para encontrarse y debatir '', expresó Abelardo.
Según datos de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, en la zona norte se registraron al menos, cinco mil casos de personas desaparecidas. La Comisión por la Memoria, Verdad y Justicia de la zona norte nace en 1996 ante esta escalofriante cifra de víctimas registradas, como un espacio político, no partidario. En dicho momento la conformaron familiares y ex trabajadores navales, en referencia a los obreros navales desaparecidos por la dictadura.
Algunos de los familiares en tomar la palabra fueron Evangelina Lezcano, hija de Jorge Lezcano, trabajador de Mestrina desaparecido el 24 de marzo de 1976; Verónica Caamaño, hija del trabajador José Caamaño desaparecido en diciembre del mismo año, y Rufina Gastón, miembro de la Comisión.
Por su parte, el presidente de la Comisión por la Memoria y padre de Mariano, víctima del gatillo fácil en 2001, Jorge Witis, comentó: ''es algo muy emotivo no sólo para los trabajadores y sus familiares sino para los que no tenemos nuestra historia anclada aquí. Estamos muy contentos de que se hayan dado las circunstancias para que este acto sea un hito en la historia de la lucha por los derechos humanos. Los trabajadores navales desaparecidos son nuestra bandera''.
El ingreso al astillero fue posible debido a que semanas atrás, miembros de la empresa Urban, contratista de Venice, se comunicaron con la Comisión para manifestarle su intención de dialogar acerca del reclamo histórico que vienen llevando adelante.
''Anteriormente nunca tuvimos contacto con la empresa, siempre fue a través del municipio de Tigre y el diálogo era nulo'', aclaró Witis.
''No nos oponemos al progreso, lo único que pedimos es que se cumpla la ley, ahora que ya es un sitio histórico nacional queremos es que se respete el camino de la ribera y el acceso público'', concluyó.
Alrededor de las cinco de la tarde marcharon hacia Plaza Carlos Pellegrini (Constitución y Colón), centro de reunión obrera y popular en aquel tiempo. Todos los años la Comisión organiza actividades, en esta ocasión participaron alrededor de 400 personas. Allí se leyó un documento, se mencionaron las adhesiones y cerraron el acto al son del folclore con el grupo Ensamble Nueva América y la reconocida banda local, Namuncurá.
Astarsa, una historia de lucha
Fue una empresa argentina de construcciones navales y metalmecánicas que se destacó en la construcción y reparación de buques y locomotoras, además de la fabricación de caños. máquinas industriales y tractores. La planta ocupaba un predio de 44 hectáreas.
Durante su vida, el astillero construyó más de 150 buques de gran tamaño, de hasta 60 mil toneladas.
Hacia comienzos de la década de 1970 llegó a ocupar más de 1.500 trabajadores navales y metalúrgicos. En ese tiempo se constituyó una fuerte comisión gremial interna que en 1973 tomó las instalaciones luego de un accidente de trabajo fatal, obteniendo un conjunto de reivindicaciones que la convirtieron en un referente para el sindicalismo combativo, entre ellos la de convertir a Astarsa en la primera industria en la Argentina en que las normas de higiene y seguridad del trabajo eran dictadas por los trabajadores, consiguiendo reducir a cero los accidentes laborales.
De acuerdo con las acusaciones de organizaciones locales, la patronal pidió la colaboración de las fuerzas represivas para aplastar las demandas obreras. La madrugaba del 24 de marzo, al tiempo que los altos mandos se aprestaban a asaltar la Casa Rosada, miembros del Ejército irrumpieron en Astarsa con listados de apellidos y fotografías de los trabajadores. Se calcula un total de 60 detenidos y 24 desaparecidos.
Como resultado de la fuerte disminución de la marina mercante argentina producida desde la década de 1980 y las políticas privatizadoras de la década siguiente, la empresa quebró en 1994.