La Pachamama
Eduardo Galeano
En el altiplano andino, mama es la Virgen y mama son la tierra y el tiempo.
Se enoja la tierra, la madre tierra, la Pachamama, si alguien bebe sin convidarla. Cuando ella tiene mucha sed, rompe la vasija y la derrama.
A ella se ofrece la placenta del recién nacido, enterrándola entre las flores, para que viva el niño; y para que viva el amor, los amantes entierran cabellos anudados.
La diosa tierra recoge en sus brazos a los cansados y a los rotos, que de ella han brotado, y se abre para darles refugio al final del viaje. Debajo de la tierra, los muertos la florecen