Faltando poco para el supuesto inicio del torneo, el Tigre de Pedro Troglio se armó a gusto del entrenador. Pidió traer lo justo y necesario en puestos puntuales y, a las llegadas de Diego Morales, Oliver Benítez, Bruno Urribarri y Paulo Lima, se sumó la de Gaspar Iñiguez.
El volante central, de veintidós años y surgido de las inferiores de Argentinos saltó a la fama por ir a trabar una pelota con la cabeza que le costó perder un par de dientes. Luego, su carrera continuó en el Udinese que lo cedió al Granada español y al Carpi de la Serie A.
Ante la oferta de Tigre y la posibilidad de mayor continuidad, decidió volver y firmó para sumarse a los entrenamientos. Llegó a préstamo por un año con opción de compra y peleará con Menossi un puesto en el once titular.