Las trabajadoras de la cooperativa de construcción del barrio Sauce, perteneciente al Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), están finalizando las obras de servicios e infraestructura para 145 hogares del barrio Sauce, en la localidad de Beccar, y conforman una de las primeras cooperativas del país que tiene más de un 50% de sus integrantes mujeres y que llevan adelante trabajos de integración social y urbana.
El Proyecto de Obras Tempranas (POT), financiado por la Secretaría de Integración Socio Urbana de la Nación, contempla la construcción de instalaciones intralote a la red eléctrica y la construcción de veredas bajo una inversión nacional de $22.8 millones. Como parte del proceso de realización de la obra, desde el MTE definieron capacitar a mujeres para que sean ellas quienes ganen lugar en el ámbito laboral.
"Nos formamos en un curso acá en el barrio y seguimos aprendiendo en el trabajo, no sólo el oficio sino el esfuerzo colectivo para que, dentro de la cooperativa y en el barrio, nuestro rol como mujeres electricistas sea respetado", cuenta Camila, oficial de la cuadrilla a QUE PASA y agrega: "Hay muchas razones para marchar el 8, pero nosotras queremos que vean que nuestros conocimientos son tan válidos como los de cualquier trabajador".
Muchos vecinos comentaban que, al principio, había desconfianza en ver mujeres realizando instalaciones de electricidad pero, con el tiempo y el avance de las obras, esa inseguridad desapareció y empezaron a resaltar tanto prolijidad como el compromiso de las trabajadoras de la cooperativa.

Andrea, vecina del barrio, dice estar agradecida y relata: "Todo esto jamás lo hubiese podido pagar por mi cuenta. Yo como mujer me sentía muy abajo, no podía ni poner un clavo. La verdad estoy muy orgullosa de las chicas que están haciendo las conexiones, porque antes yo pensaba que no se podía, y hoy me da ánimo para hacer esos trabajos, arreglar mis cosas".
Hace seis meses comenzó la obra y a María la convocaron a ser parte de la cooperativa. "Me ofrecieron trabajar acá, estudié y ahora soy ayudante. Me gusta porque me siento capacitada, ser electricista en la mujer está como excluido, te dicen '¿qué sabes vos de electricidad?' Nosotras podemos saber de muchas cosas, no solo de electricidad, como también los hombres. Los compañeros de la cooperativa están a la par nuestro, pero por fuera a veces les parece que está mal que las mujeres hagamos esto".

Hasta el momento, se finalizaron las obras de conexión en 132 de las 145 viviendas contempladas, cumpliendo con el tiempo establecido dentro del convenio para su realización. Renata, arquitecta a cargo del proyecto, explica: "Empezamos la obra en agosto, y siempre que empezamos una obra nueva incorporamos dentro de las cuadrillas a trabajadores del barrio. A partir de eso, se sumaron compañeras de La Sauce y de La Cava. Hoy tenemos pañolera, nuestra primera oficiala, hay un montón de ayudantes mujeres que pudieron crecer a partir de un curso de formación de instalaciones eléctricas".
Este proceso, contó a QUE PASA Yuri, una de las responsables de la coordinación de la rama de construcción dentro del MTE de San Isidro, "es producto de una lucha que comenzó hace muchos años, no se realizó de un día para otro ni de forma aislada: la capacitación es acompañada por un proceso de contención, porque a veces es difícil que los compañeros entiendan que una mujer tiene las mismas capacidades de hacer que un varón y en algunos casos sienten que pierden un lugar de poder".