El 2 de abril se conmemora el Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas. Una guerra que ha marcado a toda una generación de hombres, mujeres e incluso familias enteras, que tuvieron que dar la cara por su país en medio de un contexto político tan adverso como lo fue la dictadura militar.
Muchos fueron, pero no todos volvieron. Los años siguen pasando y, si bien lo numérico indica que cada vez esa época queda más lejos, los sentimientos y la memoria de quienes estuvieron en las islas continúan intactos. Marcelo Adrián Sánchez, es una de esas personas que estuvo en Malvinas, actualmente es comerciante de un local de electricidad en Villa Bosch, partido de Tres de Febrero, y compartió con QUE PASA su experiencia vivida en el conflicto bélico iniciado en 1982, y cómo logró rearmar su vida una vez que regresó.
Marcelo tiene 59 años, vivió su juventud en San Martín y estudió en la localidad de Santos Lugares. Desde 1995 reside en Capital Federal, pero todos los días viene hacia la zona oeste a atender su local, donde pasa gran parte del día y donde nos recibió para una intensa charla en la que repasó algunos momentos de su historia.
Antes de ser anoticiado sobre su participación en la guerra, Marcelo realizó sus estudios militares en el Regimiento 6 de Mercedes "General Viamonte" (RI Mec 6). Durante el conflicto, su rol fue encargarse del tendido y reparación de líneas de comunicaciones y teléfonos de campaña del ejército argentino.
"Yo llegué a Malvinas con 83 kilos, cuando me pesé, que volví acá, estaba pesando 58"
Llegada a Malvinas: "No creíamos que iban a venir"
“Nosotros no creíamos que iban a venir, estaban a 14 mil kilómetros. Pensábamos que iba a ser tomar las islas y empezar a negociar para que las devuelvan. No imaginamos nunca que íbamos a llegar hasta donde se llegó”, recuerda Marcelo sobre su llegada al archipiélago.
“Yo estuve en las islas 68 días, desde el martes 13 de abril hasta el viernes 18 de junio, en realidad hasta la madrugada del 19, que fue cuando salimos de la bahía de Puerto Argentino de vuelta al continente en el buque Bahía Paraíso”, puntualizó y relató que, de esos 68 días, durante cinco fue mantenido prisionero por el ejército británico: "De la madrugada del 15 hasta el 19".
Los tragos amargos, además, no sólo tuvieron que ver con haber sido cautivo, sino también por las condiciones en las que se vivía el día a día en las islas. "¿Me preguntás si pasamos hambre? Yo llegué a Malvinas con 83 kilos, cuando me pesé, que volví acá, estaba pesando 58”, dice.
Es natural pensar que, en este tipo de conflictos, una persona pueda tener una mezcla de sentimientos imposibles de comprender para quienes no tuvieron esa experiencia. En relación a eso, y a la hora de preguntarle si tuvo miedo en esas circunstancias, reflexionó: “Tuve tres veces a la muerte cerca. Una de esas la tuve tan cerca que una bomba me explotó a 5 metros y me llené de tierra. Me entró tierra por lugares que no sabía que podía entrar. Y si, un poco de miedo sí, pero mayor es el orgullo de haber defendido la patria”.
"No me considero un héroe. Héroe me puede considerar el pueblo"
¿La guerra? Terminó… ¿La vida? Sigue
Regresar de una guerra a “la vida normal” suele ser una pared bastante difícil de sortear y la cual muchos veteranos sufren, incluso muchos años después de su culminación, por sus cicatrices físicas, emocionales y mentales. En el caso de Marcelo, afirma con contundencia: “Mi familia fue mi contención, no tuve que ir ni a un psicólogo ni a un psiquiatra. Obviamente, con el tiempo, nos hicieron hace 3 o 4 años una revisión y yo creo que a todos los veteranos en mayor o menor medida una gotera les quedó. Por eso es que hubo tantos suicidios en 40 años”.
“Yo no podía quedarme en mi casa sentado en un sillón mirando al cielo perdido, pensando en lo que había pasado hacia 5 o 6 días atrás. A mí no me servía, yo necesitaba reinsertarme en la sociedad lo más rápido posible, volver a mi vida. Era perito mercantil y se habían habilitado ciertas empresas del Estado que iban a tomar veteranos de guerra. Fui a Entel, hasta que se privatizó, después trabajé en Telefónica de Argentina, después en Miniphone, volví a Telefónica hasta el año 2007, en el que me retiré. Ya hoy soy jubilado, esto (por el comercio) es para mantener la cabeza en movimiento. Surgió un problema familiar y entonces ahora estoy todo el día en el negocio, pero hasta antes de la pandemia yo trabajaba tres veces por semana”, manifestó sobre cómo fue su reinserción al mundo laboral luego de haber estado en la guerra.
Ahora, cuando atiende su local de electricidad de Villa Bosch, varios de los dueños de los comercios de la calle Santos Vega saben que es veterano y lo reconocen como tal.
Los veteranos… ¿héroes o víctimas?
La mayoría de la sociedad argentina considera a los veteranos y caídos en Malvinas como héroes desde el momento que tocaron tierra al regresar. Pero, con el pasar de los años, otros sectores sostienen que los soldados que fueron enviados al conflicto bélico no son más que víctimas del gobierno de facto que comandó Leopoldo Fortunato Galtieri.
En relación a esta disyuntiva, el veterano opinó: "¿Yo? Victima jamás. Pienso que me tocó ir a la guerra como parte de mi destino, lo acepté, no renegué de él. Cumplí con el juramento que le hice a la bandera."
Aunque, si bien no se considera una víctima, en sus propias palabras tampoco se ve como un héroe: "No me considero un héroe. Héroe me puede considerar el pueblo, yo fui y cumplí con mi deber. Estaba bajo bandera, era soldado, me tocó y punto".
Sí señaló que en aquel conflicto hubo militares que fueron "gente que estuvo torturando" y relató: "Hay veteranos de guerra que han ido presos porque se les comprobó que tenían delitos de lesa humanidad."
“Yo me acuerdo de mis compañeros, los 11 caídos, soldados y suboficiales que murieron de mi regimiento y los recordamos todos los años”, expresó Marcelo, naturalmente movido por la emoción. Además, en relación a las reuniones de veteranos, agregó: “Este año vamos a volver, el 9 de abril, vamos a tener la juntada que hace dos años que no se hace por el tema de la pandemia. Nos volvemos a juntar en lo que era el viejo regimiento 6 de Mercedes, provincia de Buenos Aires”.
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