Con la orden de no dejar pasar a las murgas

 El municipio buscó impedir la realización del Corso de la Ribera. Patrullas de Cuidado Comunitario se apostaron en los accesos al bajo impidiendo el acceso de los micros que transportaban a las murgas.
 
Una situación vergonzosa se vivió el último sábado en el bajo de San Isidro: el Municipio impartió la orden al Programa de Cuidados Comunitarios de impedir el acceso de micros que transportaban a las  murgas que intentaban acceder al Corso de la Ribera organizado por el Centro Cultural La Esperanza.
 
Ante la consulta del cronista de Que Pasa que fue a cubrir el evento cultural a los efectivos del Programa de Cuidados Comunitarios (una pseudo policía municipal que emplea agentes de la bonaerense y civiles) sobre las razones por las cuales impedían el acceso de los micros, estos confirmaron que no habían constatado ningún ilícito, sino que simplemente tenían “la orden de no dejar pasar a las murgas”. La orden fue impartida por autoridades de la Municipalidad de San Isidro.
 
Los organizadores del evento afirmaron a Que Pasa que en los días previos se presentaron ante la Comisaría Nro1 de San Isidro para informar del evento y de la intención de cortar la calle, y recibieron la autorización de la policía, la cual también se comprometió a disponer de un patrullero para colaborar con la seguridad del evento.  Al encontrarse frente al inconveniente, volvieron a consultar a la comisaría y el Jefe de Calle les informó que la decisión de impedir el acceso de las murgas era del Municipio, ejecutada por su fuerza, y que la comisaria no tenía nada que ver con el operativo.
Varias murgas, ante la amenaza de secuestrar los micros, decidieron retirarse, pero otras, buscaron accesos donde no estuviera el “piquete policial” y pudieron llegar y presentarse en el corso.  La fiesta de la Ribera se realizó, en un clima familiar y de alegría, a pesar de la lamentable e inentendible decisión de la gestión de Gustavo Posse.