Después de tres allanamientos en el partido de San Martín, la policía desarticuló una banda que elaboraba y comercializaba productos de limpieza truchos de marcas conocidas. Cuando la policía ingresó al lugar, estaba el dueño junto a sus empleados en plena producción, y al menos ocho personas quedaron a disposición de la Justicia.
Miles de envases diarios eran producidos por la empresa clandestina para después distribuirlos y venderlos en la zona oeste de la provincia de Buenos Aires. Sus clientes eran vendedores ambulantes que lo comercializan al costado de avenidas y rutas. El dueño del lugar vendía los bidones a 35 pesos, con un valor de reventa estimado entre 70 y 80 pesos al público.
En uno de los galpones se realizaba la fabricación de envases y tapas con moldes idénticos a los originales. Además, había más de 20 cajas cerradas con 2400 unidades de proformas (tubos plásticos que posteriormente se calientan y se introducen en matrices para darle la forma que se precisa), diversas matrices, bidones y materia prima granulada para la fabricación.
En otro de los depósitos, que ya había sido clausurado, se guardaban los tanques con el jabón que a través de una manguera y una bomba centrífuga se descargaba en los tanques. Se utilizaba una termoselladora para cerrar los sachets. En total se hallaron 7 barriles de 1000 litros cada uno. También había mercadería lista para la venta. Es decir, los sachets y los bidones de tres litros de jabón líquido con sus respectivas etiquetas de marca como por ejemplo Ariel, Querubín y Ace.
La logística contaba con camionetas para la distribución de la mercadería, la cual la transportaba en cajas de Mr. Músculo y de impermeabilizantes para techos.
Más allá de la venta de jabones líquidos para ropa truchos, también era el proveedor de bidones a otros lugares clandestinos. Era el único de la zona que contaba con la maquinaria suficiente para la producción de los recipientes y, en consecuencia, también se expandió, llenó tanques con aceite comestible y en uno de sus galpones creó Cheff, su propia empresa de aceite de girasol, ni siquiera registrada.
En el operativo se secuestraron más de 35 mil etiquetas de diversas marcas, 16 mil cajas para embalar, siete automóviles (entre ellos tres camionetas), 4500 envases con etiquetas Ariel y Procenex colocadas, 5 mil litros de aceite comestible, una máquina de fabricación de envases, una máquina de impresión de fechas de vencimiento, 800 bidones sueltos de Ariel líquido, 450 cajas con 10 unidades cada una de Ariel de tres litros, 1500 bidones vacíos, 7000 litros de Ariel liquido en tonel, 2000 litros de Procenex en tonel, tres máquinas de llenado.
El caso se investiga desde hace 10 meses, mediante seguimientos a vendedores ambulantes. Intervino el Juzgado Federal en lo Criminal Correccional N°2, a cargo de Alicia Vence. Secretaría N°5, a cargo de Hernán Roncaglia. El operativo estuvo a cargo de la Planta Verificadora San Martín.