El pasado domingo por la noche en Merlo ocurrió un trágico hecho, que de milagro no tuvo víctimas fatales. Un auto se prendió fuego y explotó cuando estaba estacionado sobre una calle tierra. Por motivos que aún se desconocen, las llamas llegaron hasta el baúl donde se encontraba el tubo de GNC y estalló a los pocos minutos. Investigan si se trató de una maniobra de quemacoches.
El hecho fue registrado por el teléfono celular de un vecino, en la intersección de las calles Belén y Talcahuano. En el video se ve el momento exacto de la explosión y se escucha un fuerte estruendo. Lo que aún resta establecer es si el siniestro se desató por algún desperfecto eléctrico del vehículo, de la instalación del tanque de GNC o fue por obra de un quemachoches ya que en esa zona del oeste del conurbano hay varios antecedentes recientes.
Durante el mes de octubre del año pasado, al menos cinco autos fueron incendiados en Merlo y los vecinos denunciaron que vieron a dos sujetos con bidones deambulando por las calles durante la madrugada. El último ataque fue registrado el 22 de octubre en un radio de al menos cinco cuadras a la redonda. Uno de los vehículos incendiados fue un 405 color negro, cuyo dueño brindó detalles acerca de la situación que se vive a raíz del accionar de estos individuos.
Si bien descartó tener alguna pista de quiénes serían los responsables de estos acontecimientos, afirmó que a partir de las imágenes difundidas por las cámaras de videovigilancia del Municipio se podrían identificar.
El dueño de vehículo, Alejandro Vinjoy, responsabilizó sobre lo sucedido al taller donde lleva a arreglar frecuentemente su auto. Contó que ese mismo día, a las 9 horas, concurrió al lugar para efectuar la prueba hidráulica obligatoria del GNC. La víctima sostiene que, para realizar el trabajo, le retiraron el equipo de GNC y le proporcionaron otro tubo, “provisorio”, para que pudiera seguir circulando. Posteriormente, salió del taller alrededor de las 9.30 y, minutos después, ocurrió el siniestro.
“El día de la explosión fui al taller a que me saquen el tubo de GNC para hacer la prueba hidraúlica. Hace tres meses que estoy haciendo remis con ese vehículo. En el lugar, me ofrecieron, para seguir trabajando, poner provisoriamente un tubo de GNC de ellos, hasta el día siguiente, que me devolverían el mío, con la prueba de hidraúlica habilitada”, contó en comunicación con El1 Digital.
“Les dije que estaba bien, pero, a diez minutos de que me entregaron el auto, con el tubo provisorio, pasó esto. Ese día llovía. Paré en un semáforo, apreté el botón del desempañador y ahí es cuando dentro del vehículo se me empieza a hacer una bola de fuego. Después de la explosión, salgo del auto, me tiro al piso, ya que sentía que estaba prendido fuego”, recordó la víctima.
“Sufrí quemaduras de primer grado, y de entre segundo y tercer grado en el brazo derecho. Corrí el riesgo de perder ese brazo. Me quemé los dos brazos, sobre todo el derecho, la cara, la parte de atrás del cuello y el pelo”, repasó, quien se lamentó de que el mecánico no quiera hacerse cargo del error que le costó la destrucción total de su vehículo.