Tigre tuvo una noche para el olvido en Santiago del Estero, nunca pudo inquietar a su rival y cayó sin atenuantes ante Central Córdoba por 2-0. Leandro Maciel y Jesús Soraire marcaron los goles.
Martínez sorprendió e hizo varios cambios para su visita a Santiago del Estero: las vueltas de Blondel y Prediger más la primera titularidad de Molinas, en lugar de Ortega, Castro y Colidio. Tigre tomó la iniciativa desde el minuto uno, con un 3-1-4-2 y mucha paciencia para manejar la pelota desde la sálida. Central Córdoba, salvo cuando el Matador encadenaba varios pases sin cruzar la mitad, esperaba en un bloque medio.
En un trámite de nulas situaciones claras, la primera fue de Central Córdoba a los 20'. Una clarísima. Tigre quedó mal parado, defendió mal un centro y Brian Farioli se lo perdió abajo del arco con una definición torcida con la pierna zurda. El local equilibró de a poco el encuentro y el Matador pasó sentirse incómodo, acumulando algunas secuencias interesantes de pase pero con poca explosión y sufriendo un poco por los costados.
El Matador fue mayoritariamente dueño de la posesión, pero le costó horrores generarle peligro al rival, incluso encontrar espacios. Algunos controles defectuosos o malas decisiones en 3/4 privaron a Tigre de incomodar al Ferroviario. Mucho pase al pie y poco al vacío. Molinas intentó ser el más claro con la pelota en los pies pero tuvo varias pérdidas, mientras que Menossi y Armoa directamente no lograron conectar en ofensiva, por eso la primera parte finalizó sin goles.
Sin cambios para el segundo tiempo, Martínez ajustó la marca sobre Besozzi, el más peligroso del equipo de Madelón, pero no logró hacer que sus dirigidos cambiaran la imagen. Los primeros 15' del complemento fueron muy feos de mirar, con la continuidad de un Tigre inconexo y deslucido y con Central Córdoba dilapidando una nueva chance clarísima (Besozzi quedó mano a mano y la tiró a las nubes).
Lo que se venía oliendo en el aire terminó pasando a los 19'. Una falta infantil de Menossi después de perder la pelota llevó a una sucesión de jugadas que desembocó en el gol de vólea de Leandro Maciel, recibiendo de espaldas dentro del área. El DT mandó a Cardozo y Colidio a la cancha por Molinas y Menossi, de muy discreto partido, para tratar de revertir la imagen.
Faltando 15' para el final, al Matador se lo seguía viendo desconectado, impreciso y demasiado estático en la zona caliente de la cancha, sumado a que Central Córdoba empezó a empiojar el partido y a hacer tiempo. Badaloni y Castro a la cancha también, por Armoa (con un tirón muscular) y Zabala, otro que nunca pudo destacarse y pasó desapercibido en el circuito de juego.
Cuando el Matador se prestaba a por lo menos tratar de arrinconar a su rival, llegó el baldazo de agua fría. Otra vez Central Córdoba lo agarró desordenado y desguarnecido en el fondo. Castelli tuvo todo el tiempo para tirar el centro tras un remate de Soraire y el propio volante definió con el arco a su merced a los 33' para poner el 2-0.
No hubo reacción alguna por parte de Tigre, ni con los cambios ni con los que ya estaban. Volvió a dejar una imagen preocupante, esta vez ante un rival con menor jerarquía, y el DT está obligado a encontrar mejorías de cara a lo que se viene. La defensa no dio ninguna garantía de seguridad y el mediocampo sigue sin encontrarse.
Con este resultado, Tigre quedó con 8 puntos en la tabla de posiciones, lejos de los 16 del por ahora puntero San Lorenzo. En la próxima fecha enfrentará a Arsenal en condición de visitante.