Alberto Beto Pascutti, figura como futbolista en distintos equipos del ascenso argentino, falleció este sábado a los 64 años como consecuencia de una descompensación cardíaca.
Reconocido por su notable pegada, por su capacidad de conducción y generación de juego, además de un coraje que le permitía capear situaciones adversas con un gran temple futbolístico, Pascutti resultó un jugador "distinto" en las categorías de ascenso. Tal vez integrante de un podio de cracks, junto a José Luis Garrafa Sánchez y Miguel Ángel Colombatti.
Curiosamente, a pesar de que forjó su rica carrera futbolística en el ascenso, el mediocampista ofensivo inició su trayectoria en Primera División: debutó en Chacarita Juniors en la temporada 1977, cuando la entidad de San Martín lograba sumar para escaparle a la parte baja de la tabla.
Luego, con el descenso a la Primera B, el volante continuó en el conjunto funebrero hasta 1980 para pasar luego a Banfield, donde permaneció solamente en 1981.
Posteriormente, Pascutti hilvanó, quizás, lo mejor de su carrera y exhibió su jerarquía en El Porvenir, donde estuvo tres años (1983, 1984, 1985), con diez goles en 71 partidos.
Sus condiciones le valieron ser transferido a Quilmes, otro equipo en el que se destacó con nueve tantos en 55 cotejos (1985-1986).
A medida que fue creciendo en edad, Pascutti fue adquiriendo características de líder, dentro y fuera de la cancha. De allí que la mayoría de los equipos se pelearan por conseguir su concurso.
Así, Deportivo Morón militaba en la Primera B y recurrió al Beto para que participe en la campaña del Gallo, que ascendió a la B Nacional (1989-1990) superando en un sprint a Nueva Chicago.
También fue jugador de Tigre y vivió otro momento de gloria en su carrera cuando fue contratado por All Boys, al que llevó a la B Nacional con su enorme jerarquía en la temporada 1992-1993, con un golazo incluido ante Deportivo Armenio (2-1) en la penúltima fecha, con un zapatazo desde fuera del área contra el arco que da espaldas a la avenida Alvarez Jonte.
En total jugó 275 partidos y anotó 35 goles en tres distintas categorías del fútbol argentino.
Como entrenador pasó por Tigre (ascendió a la Primera B Nacional en 1998/1999), Nueva Chicago, All Boys, Juventud Antoniana de Salta, Almirante Brown, Aldosivi de Mar del Plata, Sarmiento de Junín, Talleres de Remedios de Escalada, Sportivo Italiano y Tiro Federal de Rosario, entre otros varios clubes.