Dos zorros grises volvieron a su hábitat después de haber sido rescatados de un barrio privado de Pilar

Los animales habían caído a una trampera. Una pareja de San Fernando los puso a salvo y comenzaron una etapa de rehabilitación.

zorros
Fundación Mundo Marino

Dos pequeños zorros grises pampeanos fueron rescatados de una trampera a la que habían caído en un barrio privado de Pilar. Los ejemplares atravesaron por un intenso período de rehabilitación de dos meses y en las últimas horas retornaron a su hábitat natural, cerca de una Reserva ubicada en la localidad de San Clemente.

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Fue una pareja oriunda de San Fernando que vislumbró a los zorritos atrapados en una trampera. Era febrero, la temperatura se presentaba muy alta y el sol estaba radiante, lo que no colaboraba en la situación de los dos animales, que no podían moverse del lugar en el cual estaban. "Tuve que pedirle a los guardias del barrio que me los dejen llevar porque estaban expuestos al sol y fueron días de muchísimo calor", comentó Iván Domínguez, el hombre que puso a salvo a los zorros.

Domínguez se encargó de ubicar a los animales en una caja y trasladarlos hasta su casa, donde ni bien ingresó tomó contacto con el área de Ambiente del Municipio, que en conjunto con la Dirección Provincial de Flora y Fauna coordinó el viaje hasta Mundo Marino.

Según informó Infobae, el trabajador de una empresa distribuidora de agua potable permitió que los zorros iniciaran dos meses de rehabilitación, etapa que finalizó este último miércoles cuando regresaron a su hábitat natural, en una zona aledaña a la Reserva Natural Rincón de Ajó, situada al norte de la localidad de San Clemente, en La Costa.

Una camioneta de la Secretaría de Desarrollo Social, Educación y Medio Ambiente del Municipio de San Fernando alcanzó el pasado 8 de febrero a los zorros hasta el centro de rehabilitación de San Clemente, donde una vez allí fueron colocados en recintos acondicionados.

Una médica veterinaria de Mundo Marino, Bianca Mancini, explicó cómo fue el proceso que se realizó para el bienestar de los ejemplares: “Para poder hacer un examen clínico completo se procedió a sedarlos levemente para garantizar su bienestar animal. Así pudimos realizar una evaluación de su frecuencia cardíaca y vías respiratorias, inspección de mucosas, y una extracción de sangre. Al llegar los observamos decaídos, apáticos, con una gran cantidad de pulgas y de baja condición corporal”.

“Los parámetros sanguíneos mostraron que ambos animales estaban anémicos. Uno de ellos, tenía una baja en el nivel de hierro en sangre y el otro animal, si bien los niveles de hierro eran normales, tenía bajo el nivel de glóbulos rojos", agregó la profesional, al tiempo que contó haber revertido los cuadros utilizando un complejo anti anémico conformado por vitaminas, ácido fólico y minerales. "También se los desparasitó tanto a nivel interno como externo“, describió.

A los animales también se les diagramó un plan nutricional. En primera instancia, el mismo consistió ofrecerles la comida de manera manual (carne vacuna y pollo). Luego, se puso especial énfasis en que ellos mismos comiencen a desarrollar su instinto de caza, brindándoles presas vivas como gallinas y palomas. "Para que no generen un vínculo con nosotros, siempre les dábamos la comida a través de una ventana, así evitamos el contacto humano lo más posible”, afirmó Raúl Verón, uno de los cuidadores de animales terrestres que siguió la rehabilitación de los zorros.

"Ambos fueron ganando peso de a poco. Lo más importante para que podamos regresarlos a su hábitat natural fue que mostraron buena actitud de caza frente a las presas vivas que les ofrecimos. Eso nos dio la pauta, además de que estuvieran bien clínicamente, de que ya estaban listos para su reinserción”, completó.