Matías Berardi tenía 16 años, era el mayor de cuatro hermanos y en 2010 cursaba el quinto año de colegio en el Saint George de Escobar. La madrugada del 28 de septiembre de aquel año regresaba de una fiesta de egresados en Capital Federal, se bajó de una combi en Panamericana y Ruta 26 con la intensión de volver a su casa, y una banda de delincuentes lo secuestró.
La organización, un peligroso clan familiar, lo mantuvo cautivo en una casa de la Av. Sarmiento 407, en la localidad de Benavídez, Tigre, durante catorce horas. Desde ese lugar y en ese lapso los delincuentes realizaron llamados extorsivos a los padres de Matías para exigirles una suma de $30 mil, a cambio del rescate de su hijo.
En un preciso instante, el joven Berardi consiguió salirse del domicilio de donde lo tenían privado de su libertad y ya estando en la calle le solicitó ayuda a los vecinos asegurando que un grupo de personas lo secuestró. Nadie lo refugió, la banda lo recapturó y decidió matarlo a sangre fría.
Un disparo en el omóplato derecho efectuado con una pistola 11.25 le ocasionó el deceso a Matías, cuyo cadáver resultó hallado al día siguiente en un camino de tierra a 300 metros de la Ruta 6, en el partido bonaerense de Campana, al norte del conurbano provincial.
El aberrante caso tomó conocimiento nacional y, luego de una ardua investigación que demandó tres años de espera, el Tribunal Oral Federal N°3 de San Martín, compuesto por Lidia Soto, Germán Castelli y Elio Osores Soler, condenó a prisión perpetua a algunos de los integrantes de la banda: el herrero Richard Souto, el concuñado de este Néstor Maidana, Damián Sack, Gabriel Figueroa y Gonzalo Hernán Álvarez.
Los jueces también condenaron a otros cinco sujetos acusados del secuestro y asesinato del chico. La esposa del herrero, Ana Moyano, recibió la pena de 24 años de cárcel, mientras que Federico Esteban Maidana, Celeste Moyano, Elías Emanuel Vivas y Jennifer Souto fueron culpados con 21, 18, 19 y 17 años de prisión respectivamente.
En el caso de Alexa Souto Moyano, fue absuelta en el juicio oral de 2013, pero finalmente la Cámara de Casación Penal revocó aquel fallo y ordenó un nuevo debate, en el cual la condenaron a 6 años y ochos meses de encarcelamiento.
La línea cronológica después del crimen que conmocionó a un país entero nos vuelve a citar en la actualidad, ya que a diez años del fallo, dos de los once detenidos fueron beneficiados con salidas transitorias, de acuerdo a la resolución firmada por el juez Walter Antonio Venditti y el secretario José Luis Espósito, del Tribunal Oral en lo Criminal (TOF) 3 de San Martín.
La resolución establece que tanto Elías Vivas como Celeste Moyano tengan "seis horas mensuales de salida transitoria con el objeto de afianzar y mejorar los lazos familiares y sociales". La condena de Vivas caduca el 1° de octubre del 2028, mientras que la de Moyano el 7 de ese mes pero del año 2029.
De acuerdo a lo dictaminado por los jueces, las salidas se desarrollarán "bajo tuición (guarda) de personal de Servicio Penitenciario Federal" según la siguiente modalidad: “Una salida transitoria de seis horas de duración por mes debiendo el personal designado acompañar, en todo momento”.
LA REACCIÓN DE LA FAMILIA BERARDI
Ante esta situación, desde el entorno familiar de la víctima temen que los otros tres individuos que no recibieron la pena máxima gocen del mismo beneficio. El padre de Matías se mostró decepcionado. “Es inentendible. Lo mínimo que pedimos es que cumplan la condena en la cárcel. Nunca mostraron ningún tipo de arrepentimiento”, dijo en diálogo con Infobae.
“Esto fue posible porque ya no hay una presión mediática sobre el caso. El juez puso la firma muy fácil. ¿No piensa en el daño que esto nos genera? ¿No puede empatizar? Él también es padre de un adolescente. Se trata de los asesinos que planearon matar a mi hijo. Lo lógico es que cumplan la condena sin ningún beneficio”, señaló.
Y sumó: “Queremos que la sociedad conozca lo que hizo el juez, que no pase desapercibido. Nos costó mucho lograr justicia para nuestro hijo. No es justo”.
