El sábado por la tarde, personal de la Asociación Nacional de Aviación Civil (ANAC) logró divisiar restos de la aeronave Mitsubishi MU-2 matrícula LV-MCV en la confluencia de los ríos Paraná Guazú y Barca Grande, luego de 27 días de búsqueda. La aeronave se encontraba enterrada en un pantano y fueron las condiciones meteorológicas (lluvias y bajante de aguas) permitieron un hallazgo en una zona que fue sobrevolada decenas de veces, según indicaron los especialistas.
A raíz de los operativos llevados a cabo en el lugar donde hallaron el avión que cayó en el Delta y con ayuda de la división de canes, se encontraron los cuerpos, de las tres personas que viajaban en el avión: el piloto Matías Ronzano, de 30 años; su copiloto Facundo Vega, de 25 años; y Matías Aristi, de 37 años, hijo del dueño de la empresa Aibal SA, propietaria del avión.
Según trascendió, fueron retiradas varias piezas de los restos del avión de pequeño porte, que serán evaluadas en el aeropuerto de San Fernando, donde la J.I.A.A.C. montó un laboratorio en el que se llevarán a cabo los peritajes aeronáuticos.
Los trabajos para determinar las causas de la tragedia podrían demorar entre seis meses y un año, según estimaron desde la J.I.A.A.C.
Fuente: Clarín - La Nación - Infobae
