A muchas personas, cuando se les habla de expresiones culturales, les viene a la mente conceptos como el idioma, las fiestas, la tradición o el arte. Pocos pondrían en ese mismo grupo los juegos, una forma de entretenerse que lleva tantos años entre nosotros como historia tiene la humanidad. Y es que, aunque a algunos les pueda no terminar de encajar estos dos conceptos, juego y cultura, van estrechamente relacionados y a continuación explicaremos los motivos.
Empezamos por definir la idea matriz: la cultura. Esta vendría a ser el conjunto de conocimientos que caracterizan a un pueblo, a una clase social o a una época. Por parte del hecho de jugar, es una de las bases de la civilización y refleja aspectos como el progreso, la sabiduría, la creatividad o el ingenio del ser humano transmitidos de generación en generación. Además, con esas prácticas, las personas adquieren un lenguaje, unos gestos, la transmisión de unos valores y la adaptación a unas reglas.
Ejemplos de cultura de gran popularidad
En Argentina, podemos destacar juegos clásicos, aquellos que una unanimidad consideraría como expresión cultural, que llevan décadas practicándose y sobreviviendo al paso de los años y a las nuevas tecnologías. Podemos mencionar, algunos muy nuestros como la popular gallinita ciega, Martín Pescador, el Gran Bonete o las tablas. En todos ellos, además de invitar a la actividad física de sus practicantes, obligan a trabajar la mente, crear una estrategia y cultivar el ingenio.
Ya para mayores, en el país y en todo el mundo, se han seguido practicando otros juegos. Ejemplo de ello son las cartas, como el truco argentino o el tute cabrero. Pero si hay una tipología que se ha hecho muy popular ha sido el póker, ahora migrada a Internet a través de portales especializados que proponen a sus usuarios celebrar una partida y campeonato y a través de cualquier dispositivo inteligente existente. Con un solo clic, se puede vivir una experiencia que nada tiene que envidiar a la de los mejores salones de juego más populares del mundo.
En esa misma línea, podemos comentar juegos con gran seguimiento mundial. Uno de ellos, para muchos considerado como el rey de los juegos de mesa, es el ajedrez. Con el salto al mundo virtual ha vivido un auge en practicantes, llegando a los 605 millones juntando las modalidades físicas y digitales. Aunque a un escalón por debajo, pero muy presentes en otras culturas más allá de la nuestra, se pueden comentar pasatiempos como las damas, el go asiático o el majhong.
También se debe poner en valor todas las creaciones de oferta de entretenimiento del último siglo en forma de juegos de sobremesa, algunos de ellos también digitalizados. ¿Quién no conoce el Monopoly? Pues Argentina se erigió en su día como uno de los países creadores de este tipo de entretenimiento que agrupaba a familiares y amigos en torno a una mesa con el Abrecabezas, Nuevo Mundo, 1000 Millas o Burako. Aunque no tienen un centenar de años a sus espaldas, ya forman parte de la historia.
La última moda: los videojuegos
Como hemos expuesto al principio del artículo, la cultura refleja el estado de un pueblo, una clase social y una época. Pues desde hace ya algunos años, está más que consolidado entre la ciudadanía los videojuegos. Desde 2011, esta industria creativa se considera cultura y está bajo el Ministerio de Cultura de la Nación. Además, se sitúa como uno de los sectores innovadores y punteros que más puestos de trabajo y economía están creando a nivel nacional y externalizando productos y servicios.
Los tiempos y las modas evolucionan y todo apunta que los juegos clásicos, sobre todo aquellos físicos y que tienen dificultades para adaptarse al campo digital, irán en retroceso. Están apareciendo tendencias que ya hace décadas que están entre nosotros, atrayendo a los segmentos de edad que liderarán el futuro en los próximos años y, por si fuera poco, reactivando la economía nacional. Por si había alguna duda, la cultura también pasa por los juegos y el entretenimiento digital más puro.
