El fiscal que interviene en el juicio a tres hombres por el doble crimen del mago Leonardo Alex Fernández y su novia Jéssica Alberti Cigola, ocurrido en 2019 en San Fernando, consideró en sus lineamientos iniciales que los tres imputados participaron de los asesinatos, mientras que la madre de una de las víctimas pidió que reciban "la pena máxima contemplada en el Código Penal".
El debate, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Isidro, comenzó pasadas las 11 de la mañana de este último miércoles en los tribunales emplazados sobre la calle Ituzaingó 340.
Los dos principales acusados son los hermanastros Rubén Andrés Grasso (40), alias "Cashy", y Roberto Juan Alegre (45), mientras que el tercer imputado es un remisero llamado Alexis Miguel Bonnet (32).
A los tres se les endilga haber cometido los delitos de "doble homicidio doblemente calificado por el concurso premeditado de dos o más personas y por ser cometido 'criminis causae', en concurso material con robo agravado en poblado y en banda", delitos que prevén prisión perpetua.
Bonnet, Grasso y Alegre fueron trasladados a la sala de audiencias custodiados por agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), ya que llegaron al debate privados de su libertad en distintos penales de la provincia de Buenos Aires.
En los lineamientos iniciales ante los jueces del TOC 4, Esteban Andrejin, Osvaldo Rossi y Federico Ecke, el fiscal Alejandro Musso trazó una cronología de los hechos ocurridos entre el 23 y el 25 de octubre del 2019 y dijo que "es necesario reproducir y ordenar los hechos, ya que se fueron descubriendo de adelante para atrás".
En su alocución, acompañada con una serie de diapositivas e imágenes, el representante del Ministerio Público expresó que Grasso, Alegre y Bonnet tuvieron responsabilidad sobre los asesinatos de Fernández y Cigola.
Al respecto, el fiscal indicó que, la madrugada del 23 de octubre, Grasso y Alegre llegaron a la 1.02 al domicilio del primero de ellos en San Fernando y que dos minutos después hicieron lo propio las víctimas Cigola y Fernández.
Siguiendo con su relato, Musso aseguró que esa madrugada, a la 1.37, el 911 recepcionó un llamado telefónico anónimo por gritos en el departamento -momento en el que sugirió que se llevaron a cabo los asesinatos-, pero que los agentes se retiraron al no hallar un denunciante.
Luego de eso, el fiscal agregó que "a la 1.56 Grasso y Alegre abandonaron el edificio para regresar al día siguiente, a las 23.45, junto a Bonnet".
"A las 23.51 salen los 3 imputados con la camioneta de Fernández en dirección a Parque Patricios para robar las pertenencias del fallecido, donde llegan a las 00.45 y se retiran a la hora. Sin embargo, a las 2.45 vuelven al lugar y se les traba el portón de entrada. Un minuto después pasa un patrullero casualmente y logra detener a Bonnet", precisó Musso.
Finalizado el alegato inicial del representante del Ministerio Público, la letrada representante de la madre de Jéssica Cipola -constituida como particular damnificado-, Stella Ojeda, acompañó a Musso en su planteo.
Por su parte, la abogada oficial María Dolores Gómez, a cargo de la defensa de Grasso y Alegre, decidió no dar a conocer sus lineamientos iniciales, al aducir que no tuvo la comunicación suficiente con los imputados.
"Ha sido muy corto el tiempo que tuve para conversar con mis asistidos. Después de esta audiencia yo estaré hablando con ellos", afirmó Gómez ante el inmutable silencio de Grasso, vestido con una campera del Fútbol Club Barcelona, y de Alegre, que portaba una chaqueta de color azul, blanco y negro.
En cambio, el representante legal del remisero Bonnet, Gustavo de Simone, decidió realizar una breve exposición en la que negó que su cliente haya tenido relación con los asesinatos de Fernández y Cigola, aunque admitió parcialmente su participación en el robo a la casa del mago Alex.
"Esta Defensa va a sostener la absoluta ajenidad de Bonnet con el homicidio, a lo que surge de los elementos probatorios. Con respecto del robo, mi asistido se hizo cargo de lo cometido y vamos a analizar su grado de participación en esa circunstancia", sostuvo de Simone.
La primera declaración del juicio fue la de Andrea Fernández, hermana del mago Alex, quien reveló que no tenía relación con él desde el 2016 por una pelea familiar, aunque destacó que a Leonardo "le gustaba alardear que tenía dinero", que "guardaba sus ahorros en su casa" y que era consumidor de cocaína.
"Lamentablemente era muy bocón, le gustaba decir que llevaba una buena vida. La verdad que si él estaba en el tema del consumo, probablemente se haya enganchado con la venta. El tenía mucha ambición con tener dinero y seguro le llamó la atención el hecho de conseguir plata más fácil", contó Andrea.
A continuación, testificó ante los magistrados Mariela Luján Cigola, madre de Jéssica, quien señaló que su hija se encontraba "en el lugar y momento equivocado".
"Jéssica tenía problemas de adicciones con la cocaína, aunque había logrado recuperarse y reinsertarse. Pero cuando conoció a Fernández recayó porque él le proveía la droga. Nunca lo conocí ni quise conocerlo. Ella nunca me hizo mención a alguna situación de peligro que él padeciera", expresó.
Una vez concluida la audiencia, Mariela expresó con emoción a Télam que el debate "cerrará un ciclo" en su vida y afirmó que espera que los tres imputados "paguen con la pena máxima contemplada en el Código Penal".
Fuentes judiciales confirmaron a esta agencia que el juicio continuará este jueves a partir de las 10 de la mañana, donde declararán los policías que intervinieron en la investigación.
Durante la instrucción de la causa, el fiscal Musso llegó a la conclusión de que si bien Fernández (53) había trabajado durante años como mago, ambiente en el que se lo conocía como "Alex Ilusionista", al momento de los hechos "se dedicaba a la venta de estupefacientes dentro de su domicilio" en el barrio porteño de Parque Patricios y que, junto al imputado Grasso, "se encontraban emprendiendo una actividad ilícita, compuesta por la impresión de dólares falsos, estafas telefónicas y al seguro".
Además, el fiscal afirmó que "Fernández se jactaba en público de tener dos millones de dólares y ostentaba una vida de lujos, como así también de haber vendido el departamento de su madre".
Para el representante del Ministerio Público, ese supuesto dinero y el de las actividades ilícitas que compartían, fue lo que motivó a los imputados a "urdir el plan criminal".