| San Isidro | Numerosos lugares con oferta bailable en el distrito no están habilitados para tales fines, y no poseen un control adecuado.
Hace años, el Municipio de San Isidro ha tomado la decisión de no permitir en el distrito la instalación de boliches bailables. Pero de hecho, en la noche sanisidrense existen una buena cantidad de lugares donde se puede ir a bailar.
Estos lugares son habilitados como bares o restaurantes, pero su negocio principal es ofrecer a los vecinos de la zona justamente aquello que no está habilitado: un lugar para bailar.
“La cosa depende de a quién conozcas en la Municipalidad. Si no conoces a nadie, te dan muchas vueltas, te habilitan una semana, te clausuran en la otra y después te vuelven a habilitar. Y así. Nunca te dicen todo de una, siempre aparece una exigencia nueva. La cosa es condicionarte, o que pongas plata. Pero hay fiestas que funcionan hace años en el bajo, en bares que son de gente de Posse, donde se baila, hay bandas en vivo, mucha gente… esas nunca tienen problemas” cuenta uno de los responsables de un local nocturno.
Sumando a este testimonio, nuestro medio que realiza un trabajo de difusión de la actividad cultural de la zona, se ha encontrado en numerosas oportunidades con espectáculos u eventos que sus organizadores piden que no publiquemos: “es que no se puede tocar en vivo, tenemos cierto guiño para hacerlo, pero preferimos no publicitarlo” nos explican.
Sobre esta situación se discutió en la última sesión del Concejo Deliberante donde se aprobó un pedido de informes al Municipio, después de un proyecto presentado por la concejala Marcela Durrieu (Frente Renovador) que denunciaba la situación de irregularidad, la falta de controles e incluía un relevamiento en numerosos locales del distrito.
El proyecto de Durrieu afirma “que para sostener la imagen de un `San Isidro sin boliches´, la mayoría de estos establecimientos han sido habilitados para otros rubros, y por lo tanto no cumplen con los requisitos de seguridad, necesarios y exigidos por las normas provinciales. […] Nos encontramos con pizzerías, restaurantes, bares y hasta clubes que son luego convertidos en confiterías bailables, sin estar habilitados ni controlados para realizar esa actividad, ni mucho menos para albergar la cantidad de gente que concurre, la cual sobrepasa amplia y gravemente la capacidad de cada uno […] Se está comprometiendo, de forma alarmante, la seguridad, la integridad y la vida de miles y miles de personas, incluidos menores, que concurren a estos locales”.
Consultada por nuestro medio Durrieu señaló que “el resultado de la hipocresía de decir que los boliches no existen es que no hay control de nada. Mis hijos son de la generación de Kheyvis, y nadie imaginaba que podía ocurrir eso. Como nadie pensaba que podía ocurrir Cromañon. Pero si vos decís que no existen no haces cumplir las normas ni estableces ningún programa, como el `Noche Vigilada` que existe en Tigre”.
“La verdad es que no veo por qué se debe prohibir bailar. Lo que hay que hacer es cuidar los lugares donde eso se hace. Y tampoco está bueno que los chicos tengan que irse a bailar a San Miguel o a la Capital Federal, y volver de madrugada. Hay muchas cosas que ponen en riesgo a los chicos. Lo mejor es que hubiera en San Isidro lugares controlados, de las situaciones edilicias pero también del uso abusivo del alcohol, por ejemplo”, concluyó Durrieu.
Desde nuestro medio abogamos por la existencia de espacios para la cultura y el esparcimiento en la zona. Espacios que respeten una reglamentación razonable que los contemplen, y no estén sometidos a la arbitrariedad que abre el paso a situaciones de irregularidad, de corrupción y falta de control.