Tigre se deglutió a tres técnicos en el 2017. Arrancó Pedro Troglio al frente del plantel. Pedro había ordenado al equipo después de Camoranesi, había logrado juego y resultado. Es cierto que fue de mayor a menor. Pero en el 2017, después de perder dos partidos el clima con él fue insoportable. Quejas, insultos, acusaciones que perdía a propósito para irse a un equipo con el que nunca cerró.
Troglio se fue. Poco tiempo después de hacer una pretemporada, de preparar un plantel para todo el torneo, se fue. Y en una encuesta realizada en marzo en el grupo de facebook Noticias del Matador donde participaron más de 800 hinchas, más del 50% pedían la vuelta de Caruso, mientras los siguientes, con menos de la mitad de los votos eran el Chacho Coudet y el Vasco Arruabarrena.
La dirigencia no escuchó al hincha y eligió: Facundo Sava. El técnico era una apuesta razonable. Tenía buenos antecedentes y una línea futbolística que podía darle continuidad a lo hecho por Troglio. Pero no fue, los resultados no llegaron, Tigre iba, no marcaba y sufría. Jugó 10 partidos, perdió 7 y se fue.
Por entonces, ya casi no había que preguntar. Una encuesta similar a la anterior, dio ahora que la preferencia por Caruso era de más del 70%. El mundo Tigre era un hervidero. ¿Qué otro técnico podía bancar esta parada? ¿Se podía ir en contra de lo que pedía la gente a gritos? ¿Cuántos partidos hubiera durado otro técnico sin la espalda de Caruso?
Pasaron horas nomás y Ricardo Caruso Lombardi era por tercera vez técnico de Tigre. Sí, después de lo de San Lorenzo. Sí. Lo que parecía imposible sucedió.
Y Caruso llegó como llega Caruso: con mucha aparición en los medios, con declaraciones polémicas, con todo. Y trajo mucho. Como siempre lo hace, y es de las cosas que mejor le salen: armar planteles competitivos con tipos desconocidos. La dirigencia bancó. El número 29 parecía mucho, más si se iban pibes que prometían. Pero el que quiere celeste…
Ricardo no encontró nunca el equipo. Lesiones, errores arbitrales, poca suerte. Todo eso. Algunos de los incorporados empezaron a mostrar que tenían con qué. Rodriguez pagó, y se lesionó. La demora en meter a Janson, la polémica por Pérez García. Sí, ¿pero es nuevo que a Ricardo le gustan más los que corren que los que juegan? ¿Alguien descubrió algo? Más lesiones, más errores arbitrales… Caruso se fue. “La gente agobia”, nos dijo en una nota.
Termina el año. Tigre va a pelear por la tabla de abajo. Va a pelear por quedarse en primera en el 2018. La dirigencia tiene su responsabilidad en los errores de que se vienen cometiendo, digamos, desde la salida de Alfaro a esta parte. Pero es muy difícil tomar decisiones acertadas en este clima.
Tigre no está asfixiado, pero ya no tiene margen de errar. Necesita un técnico en el que se crea y se lo banque, a pesar de los resultados. Que se le diga al hincha: este es el técnico y va a serlo aún si Tigre pierde la categoría.
Hace más de 10 años, Lanús apostó a un proyecto. Miguel Ángel Russo era su entrenador. Y en los primeros pasos tropezó y se fue a la B. Russo siguió siendo el técnico y al año siguiente estaban en primera. No hace falta decir dónde está Lanus hoy. ¿Será posible eso en Tigre?