El jueves 7 de noviembre, alrededor de las 18:20, Guillermo Alfredo López, de 55 años y comandante mayor de Gendarmería Nacional, fue asesinado de siete balazos en la localidad de El Palomar, partido de Morón, en un intento de robo. López llegaba a la casa que estaba refaccionando para su futura mudanza tras su retiro, cuando fue interceptado por un grupo de delincuentes que descendió armado de un Toyota Etios. Los atacantes le dispararon a quemarropa, ocasionando su muerte a pocos metros de su vivienda, situada en la intersección de las calles Villegas y Atahualpa.
Según informaron fuentes de la investigación, cuatro jóvenes con antecedentes penales han sido identificados como los principales sospechosos. Se trataría de una banda de “robacoches” que opera en el barrio Ejército de los Andes, más conocido como Fuerte Apache. Tres de sus miembros habían sido detenidos el año anterior por delitos similares, aunque habrían retomado sus actividades delictivas. Las cámaras de seguridad de la zona captaron imágenes de los atacantes descendiendo del vehículo y apuntando contra López y su chofer, el sargento primero Leonardo Jesús Lopardo, quien resultó ileso.
Detalles del ataque y perfil de los sospechosos
El ataque quedó registrado en al menos tres cámaras de seguridad, donde se observa a los sospechosos bajando del Toyota Etios e interceptando al gendarme y a su acompañante. En el video, uno de los agresores grita "¡Levantá las manos!" antes de que se escuchen los disparos. López, conocido como “El Tigre” entre sus colegas, intentó retroceder, pero fue alcanzado por siete balazos: dos en el brazo izquierdo, uno en el glúteo y dos en la axila izquierda, entre otros. A pesar de estar armado, no logró utilizar su arma para defenderse. En la escena, los peritos hallaron un total de 13 vainas servidas.
El Toyota Etios utilizado por los agresores había sido robado un día antes en La Matanza y fue incendiado en las cercanías de la villa Carlos Gardel, en Tres de Febrero, para dificultar su localización. Minutos antes del asesinato de López, los sospechosos habían robado a un vecino en Caseros bajo la modalidad "piraña". En el video del robo, se observa a los delincuentes tratando de llevarse un Ford Fiesta, aunque no lograron ponerlo en marcha y finalmente robaron el celular de una de las víctimas.
Un gendarme comprometido con 35 años de servicio
López, quien ese mismo día se había despedido de sus compañeros en la Escuela de Gendarmería Nacional en Ciudad Evita, estaba a punto de jubilarse tras 35 años de servicio en distintas provincias, incluyendo Misiones, San Juan y Río Negro. En sus últimos años, trabajaba en el Departamento de Seguridad e Higiene en el edificio Centinela, en el barrio porteño de Retiro. Su plan era mudarse a El Palomar y disfrutar de su retiro junto a su familia, proyecto que quedó trunco por el ataque.
José, un compañero de López, destacó su compromiso con la patria y mencionó los proyectos personales que tenía para después de su retiro, en declaraciones brindadas al canal Crónica TV. “Dio todo por la patria, sacrificando tiempo lejos de la familia. Su deseo era terminar la casa y hacer un viaje con sus seres queridos”, expresó.
Investigación en curso
Los investigadores siguen avanzando en la identificación de los presuntos autores y han analizado tanto los videos del ataque como otras grabaciones que muestran el recorrido de los delincuentes antes y después del homicidio. Aunque la policía mantiene cercados a los sospechosos, hasta el cierre de esta edición aún no se han realizado detenciones.