Edenor detectó un caso de fraude en un barrio cerrado de Tigre durante un operativo de rutina por la desconexión de una unidad funcional por falta de pago. La compañía constató una conexión clandestina subterránea y acumulación de una deuda superior a $1.400.000.
El equipo técnico de Edenor, al verificar la suspensión del suministro, descubrió que el cliente había realizado dos reconexiones ilegales desde una caja toma hacia el medidor, con el objetivo de evadir el control de la compañía. "Este método ya había sido utilizado por el usuario en ocasiones anteriores", dijeron desde la empresa.
Por este motivo, labró un acta en presencia de personal policial y se inició una causa penal por robo de energía y manipulación de la red eléctrica. El robo de energía, considerado un delito de acción pública, puede implicar penas de hasta seis años de prisión, además de multas equivalentes al 40% de la deuda, sumadas a gastos de recuperación de energía, impuestos y contribuciones.
Edenor enfatizó los riesgos asociados con estas maniobras ilegales, ya que "no solo representan un delito, sino también un peligro para quienes manipulan las instalaciones eléctricas sin medidas de seguridad adecuadas", expresaron. Además, recordaron que estas prácticas afectan la calidad del servicio de los demás usuarios del barrio.