Murió el Papa Francisco a sus 88 años

El Vaticano confirmó el deceso este lunes mediante un comunicado leído por el cardenal Kevin Farrell. Ayer, el pontífice había participado en la misa de Pascua desde el balcón de la basílica de San Pedro.

El papa Francisco falleció este lunes a los 88 años, según informó oficialmente el Vaticano a través de un comunicado. La muerte del pontífice se produjo a las 2:35 de la mañana (hora argentina), un día después de su última aparición pública durante la celebración de Pascua.

“Queridísimos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar la muerte de nuestro Santo Padre Francisco”, expresó el cardenal Kevin Farrell al leer el comunicado. “Esta mañana, el obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de Su Iglesia”.

Francisco había estado recientemente internado por una neumonía grave que lo mantuvo hospitalizado durante 38 días, hasta recibir el alta médica el 23 de marzo. Según fuentes vaticanas, había atravesado un estado delicado con dos episodios críticos de salud en el último año.

El domingo, a pesar de su convalecencia, participó brevemente de la misa de Pascua y pronunció la bendición “Urbi et Orbi” desde el balcón de la basílica de San Pedro. En su mensaje, deseó un “feliz domingo de Pascua” e hizo un llamado a la libertad de pensamiento y a la tolerancia. La aparición, recibida con ovación por los presentes, fue interpretada como un gesto de fortaleza espiritual.

Nacido como Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1936, fue el primer papa argentino y el primer jesuita en llegar al pontificado. Ingresó al seminario de la Compañía de Jesús a los 21 años y fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969, doce años después. En junio de 1973, fue nombrado provincial de la Compañía de Jesús en la Argentina, cargo que ejerció durante seis años. De 1980 a 1986, presidió el Colegio Máximo de San Miguel, un centro universitario jesuita. En 1992, fue nombrado obispo auxiliar de Buenos Aires y seis años más tarde, arzobispo de esa ciudad.

Su trayectoria estuvo marcada por momentos de reconocimiento y también de controversias. Fue designado cardenal por Juan Pablo II en 2001 y ganó visibilidad internacional durante la conferencia de Aparecida en 2007, donde tuvo un papel central en la redacción del documento final.

A lo largo de su vida pastoral, impulsó la atención a los sectores más postergados y una Iglesia cercana a los pobres. Durante su gestión como arzobispo, desarrolló la Pastoral Villera y destacó por sus homilías en la Catedral Metropolitana.

Su elección como papa, el 13 de marzo de 2013, sorprendió al mundo. En ese momento, fue presentado como “el papa que venía del fin del mundo”, siendo el primer pontífice no europeo en más de mil años. A lo largo de su papado, promovió una visión reformista de la Iglesia, con foco en las periferias y en el diálogo interreligioso.

En Argentina, su figura generó distintas reacciones a lo largo del tiempo. En los primeros años del kirchnerismo, fue objeto de frialdad institucional e incluso enfrentó cuestionamientos sobre su rol durante la dictadura, que luego fueron desestimados por diversos testimonios y trabajos periodísticos.

El legado de Francisco será evaluado a lo largo del tiempo, tanto por su impacto espiritual como por su rol geopolítico. A partir de ahora, el Vaticano iniciará el proceso formal para elegir a su sucesor y organizar las exequias, en un contexto de duelo para la comunidad católica global.