Chacarita llegó a la cancha de Quilmes con oportunidades de quedarse en Primera División, y dependía de sacar tres puntos frente al siempre complicado Estudiantes de La Plata, y en condición de visitante, en un partido que en la previa ya se palpitaba con poco juego.
El arranque del encuentro parecía complicado para Chaca, como en casi todos los partidos del torneo. Estudiantes llegaba con pelotas paradas, porque la presión del Funebrero no lo dejaba jugar demasiado, pero el equipo de Pena no podía tener la pelota, mucho menos profundizar.
A los 15’, en una jugada aislada, la primera luz de esperanza en el partido para Chaca: el arquero de Estudiantes intenta llegar a una pelota que claramente salió por la línea de fondo luego de un mal pase atrás de su compañero, y el despeje le quedó en los pies a Matos que disparó con destino de arco y la pelota pegó en la mano de Desábato. Era corner, pero Pitana cobró penal. Matos lo hizo fácil después: tiro cruzado a la derecha del arquero y gol. 1 a 0 para Chaca.
La primera mitad siguió como hasta antes de esa jugada, con poca generación de juego y muchas pelotas paradas para el Pincha, producto de la presión y las faltas de Chaca, y con pelotazos frontales al área fáciles para Pedro Fernández, el uno del Tricolor.
Chaca tuvo dos aproximaciones poco serias: un tiro de Matos desde afuera del área, que se fue varios metros por arriba del travesaño y un débil disparo de Menéndez, que terminó en las manos del arquero platense. Así se fue la primera parte.
El segundo arrancó como el primero, incluso por las polémicas. A los 5’, después de un forcejeo entre Coquito Rodríguez y Gómez (y un agarrón del 10 de Chaca al volante de Estudiantes), el creativo del equipo de San Martín habilitó a Menéndez, que corrió a campo abierto, eludió a Sappa a pura velocidad y definió con el arco solo para decretar el 2 a 0 del Funebrero.
A partir de allí, desesperación para Estudiantes y tranquilidad para Chacarita. Aún así, el Tricolor no podía tener la pelota, y el dominio del juego siguió divido, al menos hasta los 20 minutos, cuando el local empezó a tener más la pelota, pero sin generar con claridad.
Lo que quedó del complemento estuvo teñido de imprecisiones. Malos controles, pases errados, y el juego cortado. Chaca aguantó las contadas embestidas del Pincha, con Fernández destacándose en las pelotas paradas, e intentó construir sin éxito alguna contra poco dinámica. No hubo mucho más.
Con ausencia de fútbol, el Funebrero se llevó la victoria. De todas maneras, poco importa el juego ahora. Ahora hay que ganar, siempre, para mantener el sueño vivo.