Las escaleras del viejo Hotel Edén son sin dudas uno de los espacios que conservan la historia de Vicente López. Hasta 1934, funcionó allí el hotel en una gran edificación que, al cerrar sus puertas, fue demolida y sus tierras fraccionadas y vendidas. En este espacio, ubicado en Roca y Madero, se conservan hasta el día de hoy sus antiguas escalinatas.
En ese lugar emblemático se realizaron obras en las que se incorporaron nuevos solados a nivel de vereda para ampliar su entorno en el sector de la calle Madero, lo que posibilitó generar un espacio agradable con vegetación y más luminarias. Y además, se realizó una limpieza de las paredes y ladrillos que se encontraban pintados, para que recuperen su imagen original.
Esta intervención se enmarca dentro del programa de Acupuntura Urbana, impulsado por la Secretaría de Planeamiento, Obras y Servicios Públicos, que consiste en la puesta en valor de espacios patrimoniales de valor histórico y paisajístico de Vicente López.
“Este es un rincón histórico y muy querido por los vecinos de Vicente López, las escaleritas de la calle Roca, escaleras que eran originarias del hotel Eden, así que son parte de nuestra historia”, declaró el Intendente Macri, quien recorrió la obra, y añadió: “Esta puesta en valor junto a la comisión de Patrimonio Histórico, tiene que ver con ir recuperando y poniendo lindas las cosas que nos recuerdan la historia, pero que también son parte de nuestra vida diaria”.
Sobre la Quinta San Antonio - Hotel Edén
Sin dudas, una de las quintas de mayor relevancia a fines de 1700 era la de San Antonio, con entrada por el Camino del Bajo, propiedad de la familia Azcuénaga.
Aún se conservan, al pie de la barranca, a un costado de la estación Vicente López, cerca de la parada de taxis, por la calle Azcuénaga al 1100, los antiguos pilares que en el siglo XVIII marcaban el acceso a la quinta y que, con alto valor histórico, son la construcción más antigua que aún se conserva en pie, en todo el partido de Vicente López.
La quinta San Antonio tuvo el esplendor de las antiguas construcciones coloniales. Se construyó sobre las tierras que originariamente eran de Juan Ruiz de Ocaña. Por ella pasaron y se albergaron relevantes personajes, como el Virrey Juan José de Vértiz y Salcedo, previamente gobernador de Buenos Aires.
En 1799 la quinta fue subastada, siendo adquirida entonces por el abogado Juan José Castelli y Villarino, bien conocido como El Orador de Mayo, ferviente defensor de la Revolución de Mayo de 1810 y uno de los seis vocales de la Primera Junta de gobierno patrio.
Las originales chacras fueron dejando los sembradíos, como los de cereales y, a la vez, dividiéndose en quintas de superficie mucho más reducida, orientadas al cultivo de frutas, hortalizas y forraje. Más adelante, promediando la década 1820-1830 las chacras se dividieron aún más, para dar paso a las "quintas de veraneo", sobre las barrancas de la costa. Así comenzaron a ganar espacio para el ocio de los porteños, y la zona se enriqueció con la construcción de grandes y confortables residencias y mejoras estéticas.
El 1° de enero de 1888, junto a los pilares del portón de la Quinta San Antonio, el entonces Ferrocarril del Norte estableció la parada San Antonio, posibilitando el traslado de pasajeros. El tráfico fue tan intenso que se debió construir una nueva estación, la actual, que se inauguró el 15 de mayo de 1890 y se denominó Vicente López en homenaje a Vicente López y Planes.
Algunos años después, el 21 de diciembre de 1905, se creó el partido de Vicente López y comenzaron a intensificarse las actividades inmobiliarias. Sobre todo, el loteo y venta en remate de las tierras. Así se vendió la quinta San Antonio, que fue adquirida por Jaime Llavallol. Luego, la compró Cristóbal de Accini, quien la convirtió en el lujoso Hotel Eden, que en la década 1920-1930 se denominara Parque Hotel, hasta llegar al año 1934, cuando fuera demolido.