Alegrañatas, los payasos que curan con sonrisas en hospitales de Zona Norte

Se trata de un grupo de voluntarios que mediante el clown comparten momentos con pacientes del Hospital Bernardo Houssay de Vicente López y del Materno Infantil de San Isidro.

Alegrañatas es una fundación que, bajo la premisa de sonreír y sumergirse en las historias de los pacientes a través de la técnica del clown, funciona en hospitales públicos de distintos lugares del país desde 2007. En la Zona Norte, no pasarán desapercibidos en los pasillos del Hospital Bernardo Houssay en Vicente López, y en el Materno Infantil de San Isidro.

El grupo está conformado por 60 voluntarios, que además de recorrer estos dos hospitales de la región, también lo hacen en el Sanatorio Fleni, en el CEMIC de Saavedra y en instituciones de Salta, Entre Ríos, y el interior de la provincia de Buenos Aires.

Hernán Espantoso Rodríguez, presidente de la fundación y artífice de su creación, cuenta con sencillez que Alegrañatas "es un proyecto que se va viviendo y aprendiendo a medida que uno pasa distintas experiencias, que se va comunicando desde el corazón con el paciente".

"Es una emoción sin palabras, a la que no se le puede poner título. Hay momentos que son inolvidables", dice Hernán, quien en clave clown es reconocido como Colorete, y se refiere a las situaciones que día a día se viven en los hospitales: "Hemos tenido casos muy felices y muy tristes, porque vimos salir de esos lugares a personas con una gran sonrisa, y también hemos visto irse a otras, con quienes uno entabla un vínculo".

Colorete en acción.

En cuanto a la técnica utilizada, Hernán explica que es lisa y llanamente la del clown. "La idea principal es poder sacarnos juntos los miedos, el desafío es ese. Que la cabeza no nos limite, porque jugar es no pensar e incluso muchas veces es sufrir. La técnica de clown es eso", expresa y añade que el fin es "poder transformar lo negativo en positivo, porque es lo que nos hace sentirnos juntos y viajar con los pacientes a un lugar que es mucho mejor que el lugar en el que estamos hoy, no sólo por su situación particular, sino por la de todos como sociedad".

Así, las historias de los pacientes se transforman en la hoja en blanco para que mediante la improvisación comience a construirse un momento de alegría, y ahí no hay diferencia entre los niños del Materno Infantil o los adultos mayores del Houssay. "Las edades no interesan demasiado, porque nosotros tratamos de buscar ese niño que hay dentro. Es tan difícil sacar el niño dormido que hay en los adultos, como jugar con los niños que te exigen de todo", reflexiona Colorete.

"Lo más difícil es encontrarte con el presente del paciente, porque uno se encuentra en ese lugar con personas muy sabias, que entienden lo fundamental del día a día, algo que muchas veces los que estamos en la vorágine no entendemos", añadé Hernán sobre las dificultades de los encuentros.

Alegrañatas, además, lleva adelante programas en escuelas, charlas, encuentros en empresas y realiza talleres para conocer la técnica de clown. Aquellos que quieran participar de las actividades deberán tener más de 22 años, y cualquiera se puede sumar. "Solo hay que tener ganas de aprender a jugar, y eso implica quizás sufrir un poco, porque jugar no es fácil", cierra Hernán.