En las canchitas del barrio, la de “atrás de la Bendix” o “la de atrás de la YPF”, jugaban los chicos fuera del horario escolar. En cambio, lo de las canchas “oficiales” era otra cosa, allí se jugaba en serio, se armaban campeonatos memorables entre equipos de las fábricas o de los barrios. Algunos memoriosos han escrito sobre lo acontecido en la “canchita de La Torre”, ubicada justo en el límite de Vicente López con el partido de San Martín, sobre Primera Junta, entre Castelli y Acassuso.
A esos partidos los jugadores se presentaban con la camiseta del equipo, el resto, las zapatillas, el pantalón y las medias. A veces aparecía un par de botines o de “Sacachispas”. El árbitro y los “lineman” no vestían nada en especial, pero siempre se trataba de audaces, además de “tocar de oído” el reglamento, eran objeto de gritos, insultos, y en más de una vez quedaban en medio de una gresca.
Los partidos se jugaban con gran presencia de vecinos y allegados de los jugadores que rodeaban la cancha y, hasta los colectivos que pasaban por Primera Junta se paraban para ver qué pasaba cuando estaba por tirarse un penal o se armaba una gresca. Era un lugar de encuentro, y de paso te "inflaba el pecho" si le ganabas al rival. Era un orgullo ganarle al rival, te daba fama entre los amigos del barrio.
Susco, técnico de El Ciclón de Villa Martelli, recuerda: “Íbamos a jugar campeonatos a Villa Adelina, Munro, Carapachay donde teníamos de rivales a Colo-Colo de la zona de Villa Adelina; Los Andes de Munro; El Porvenir de Florida y otros (…) El premio era de quinientos pesos, el segundo de doscientos cincuenta. Para ubicar el precio de la moneda digamos que con el Primer Premio se podía comprar las once camisetas, los 11 pantaloncitos, las rodilleras y la pelota”.
Varios futbolistas profesionales surgieron en estas y otras canchas “oficiales” como “la de Guayaquil”, en Villa Adelina, sobre la continuación de Cajaraville en tierras de la Compañía de Tierras de “los Ingleses” y frente a la ex fábrica de licores “Padilla”. Allí el club del Barrio Obrero (Boulogne) lucía su camiseta amarilla y negra. “La Acassuso”, en avenida de las Carreras y Camino de la Legua (San Isidro).
En “la Esuco", la “Gándara” o “la Tensa”, entre Debenedetti, San Lorenzo, Rosetti y Panamericana, en Vicente López, se armaban desde campeonatos hasta partidos organizados en el buffet de la Junta Vecinal Manuel Belgrano (Ramón Castro 5100) entre “solteros contra casados”, y entre los colectiveros de la Línea 19 y los vecinos del barrio.
Muchas finales de estos torneos se realizaron en la cancha de Colegiales en la Villa Colombo, más tarde Bajo Munro, un terreno con fisonomía de laguna que fue rellenado por los vecinos con mil metros cúbicos de tierra.
Fuentes consultadas: Los Potreros del Barrio de La Torre - Armando Mario Márquez (2016) / Déjame que te cuente barrio… Historia de El Ciclón F.C. 1952-2002 - Nicolás Susca (2002)
En la foto un grupo de amigos y jugadores del equipo de barrio Villa Adelina.
Información proporcionada por: Alicia Rebollar
Editada por: Mirko Bakarcic
ASOCIACIÓN DE HISTORIADORES DEL FONDO DE LA LEGUA
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