Con adeptos y detractores, la fiesta de Halloween gana más adeptos año a año por estas latitudes. Ya no resulta extraño encontrarse a niños disfrazados en busca de dulces y las calabazas decorando distintos espacios.
Este año, a raíz de una convocatoria que surgió de vecinos en grupos de facebook, decenas de familias colmaron la plaza 9 de Julio en Martínez.
Niños alegres, jugando, corriendo, y una plaza donde se respiraba un espíritu comunitario que, muchos coincidieron, hacia mucho no se vivía. Se festejó Halloween, una excusa para celebrar el encuentro entre vecinos, familias, con la candidez de la infancia en el centro.