Como informaron fuentes oficiales a Que Pasa el pasado viernes, fue descartada la posibilidad de que Pablo Mediavilla, vecino de Garín (Escobar) de 26 años internado días atrás, tenga hantavirus, de acuerdo a lo que revelaron los estudios del Instituto Malbrán. Este sábado, además, se confirmó que el virus que lo afectó es la leptospirosis, otra enfermedad transmitida a través de los roedores, y por este motivo, tras presentar una leve mejoría, permanece internado en estado grave y con pronóstico reservado en el Hospital Muñíz.
Este viernes 18 de enero, este medio adelantó que, tras la realización de los estudios correspondientes, no se habían encontrado en el organismo de Mediavilla rastros de la cepa del hantavirus, enfermedad que presuntamente tenía el vecino de Escobar. A esto, se sumó en las últimas horas la información de que el joven posee leptospirosis, una enfermedad producida por una bacteria que puede estar presente en la orina de ciertos animales como roedores.
Ahora, tras presentar una leve mejoría, continúa internado en el Hospital Muñíz de la Ciudad de Buenos Aires, con pronóstico reservado y en estado grave.
¿Qué es la leptospirosis?
Se trata de una enfermedad que se contagia por el contacto directo con la orina de un roedor u otro animal infectado, o con agua o ambientes contaminados con dicha orina. Dado que la bacteria sobrevive en lugares húmedos y protegidos de la luz, el riesgo de contraerla aumenta si se producen inundaciones o si se está en un ambiente de ese estilo con frecuencia.
La leptospirosis se manifiesta en principio "como un cuadro gripal con fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y malestar general. Luego se puede presentar una segunda fase de mayor gravedad", de acuerdo a lo que informa la Secretaría de Salud de la Nación.
En cuanto a la prevención, desde la cartera nacional explican que hay cuatro puntos fundamentales para su prevención:
- Evitando la inmersión en aguas estancadas potencialmente contaminadas, y procurando que los niños no jueguen en charcos o barro.
- Combatiendo los roedores, principales agentes de contagio, en domicilios y alrededores.
- Utilizando guantes y botas de goma para realizar tareas de desratización, desmalezado o limpieza de baldíos.
- Manteniendo los patios y terrenos libres de basura, escombros y todo lo que pueda ser refugio de roedores.