Por Pablo Parola*
En la actualidad parece estar “políticamente aceptado” que los municipios son la presencia del Estado directa y cercana a los ciudadanos, y el lugar en el que se aplican las soluciones, servicios o políticas propuestas y definidas desde lo nacional y provincial. A pesar de esto, actualmente los gobiernos locales juegan un papel secundario en la toma de decisiones y en la implementación de las “agendas federales” o “programas de gobierno”, lo cual contrasta con lo que sucede en el día a día.
En lo cotidiano, son los gobiernos locales quienes conviven con la realidad y su comunidad, quienes aplican su programa de gobierno local, pero además ponen a prueba, y dan forma a dichas agendas nacionales, haciéndolas realidad. Y es por ello que desde los municipios se debe fomentar una cultura consciente de lo local, para garantizar los derechos de las comunidades, dando forma y profundidad a una nueva ciudadanía arraigada en sistemas territoriales solidarios.
Hoy en día, tenemos asumido que las agendas nacionales y provinciales acaban teniendo efectos sobre los municipios, y es por esto que sé debe seguir abogando para que las ciudades tengan voz y voto central sobre cómo se implementarán estas agendas en los territorios y llevar sus propuestas.
Un mecanismo para implementar este cambio y elevar la voz, es aplicar y promover modelos de trabajo intermunicipales, impulsando la sinergia entre municipios con las mismas problemáticas, para que en su conjunto y a través de un rol activo de la participación ciudadana, la interacción con la comunidad empresarial y académica, puedan planificar políticas comunes a sus realidades.
En los últimos, somos testigos de cómo la agenda internacional, como la Nueva Agenda Urbana de la ONU, nos habla de legislar y gobernar desde lo local, pero con un punto de vista en los acuerdos globales, como por ejemplo el Acuerdo de París, y la Agenda 2030, para reducir el hambre, conseguir la igualdad, la paridad de género o disminuir las emisiones de CO2.
Para consolidad estos derechos globales y transformarlos en resultados concretos, es imprescindible, que los intendentes y autoridades locales lideren este proceso en conjunto con su ciudadanía y generen un giro de 180 grados en la mayoría de las esferas del gobierno, para poner a las ciudades como promotoras del cambio.
En Autonomía Local proponemos que hablemos de la "agenda de las ciudades", agendas que trabajan tanto lo local como lo global, para que las ciudades tengan una voz central en el armado de las políticas nacionales que requiere la Argentina.
Sin pretender tener todas las respuestas, desde nuestro espacio continuamos amplificando las voces locales para que el pensamiento local alimente una acción nacional y global más justa, inclusiva e igualitaria con el interés de las comunidades en el centro de toda iniciativa.
*El Licenciado Pablo Parola es Director Ejecutivo de la ONG Autonomía Local.