Cava Chica: Urbanización sin integración

| San Isidro | Un sector del barrio La Cava que fue urbanizado no termina de estar integrado al resto del tejido urbano de la ciudad después de años.  
 
 | Por Ariel Gómez Barbalace |
 
 
Allá por el 2005, el municipio de San Isidro prometía la urbanización de gran parte de las villas de distrito a través del Plan Federal de Viviendas (PFV), mediante el cual el Estado Nacional giraba fondos a los municipios para este fin.
 
Lejos de alcanzar esta meta, desde hace varios años el  PFV está parado y en barrios como La Cava se han construido menos del 20% de las viviendas que se prometieron. Por esto, cualquier  mención al PFV despierta bronca, desazón, denuncias y frustración en una gran mayoria de los vecinos.
 
Pero en el emblemático barrio de Beccar, precisamente en uno de sus sectores llamado Cava Chica, se da una situación muy particular. Este sector, que era un pozo de mas de 2 metros de profundidad lleno de casillas, fue rellanado (en los 90, por un plan anterior al PFV), se abrieron calles, y se han construido mas de 150 viviendas.
 
Pero todo esta importante inversión Estatal en el proceso de urbanización no ha sido acompañada por una vocación de integración social.  Sin comprenderse el motivo, las manzanas urbanizadas de Cava Chica no han sido integradas al tejido urbano del resto de la ciudad y todos sus accesos siguen marcando el ingreso a un barrio “distinto”, pero no justamente en el sentido en que reza el conocido slogan del municipio.
 
Entrando por la calle Riobamba desde la Av.  Rolón, el asfalto se corta 30 metros, los contenedores de basura en medio de la calle y las manzanas no urbanizadas entre otras que se han construido viviendas, cortan la geografía habitual de las calles de Beccar.
De esta manera, sin que existan razones urbanisticas, el caminón de recolección de basura no ingresa a las calles de este sector urbanizado (ni aún en las calles asfaltadas), y los vecinos deben llevar su basura a contenedores que se encuentran en los ingresos del barrio donde la basura se acumula y generalmente se desbordan.

Un control de Gendarmeria con su casilla cerrando la calle es otras de las marcas que refuerzan la idea del ingreso a un barrio "distinto".
Tampoco las casas tienen número. “Es una dificultad hasta invitar a alguien a tu cumpleaños” cuenta Juan , vecino de Cava Chica que no entiende por qué, despues de tantos años no le han asignado número a su casa.  Tampoco las calles cuentan con la luminaria habitual en el resto del partido de San Isidro y varias de las cuadras permanecen aún sin asfaltar.
 
Ingresando por Clark y Posadas, también se interrumpe el asfalto unos metros cuando mas allá hay manzanas urbanizadas por el Plan Federal de Viviendas.
Quien conoce de las dificultades de vivir en un barrio como La Cava sabe que estas no sólo son materiales. Muchas veces, la estigmatización y la segregación social que padecen las personas que viven en villas y asentamientos precarios es tanto mas dura y violenta que las carencias materiales.
 
Imagen habitual de los sectores donde están los contenedores de basura en los ingresos al barrio.
Es incompresible que despues de un proceso de urbanización, donde se han invertido millones de pesos para mejorar las condiciones del barrio, no se haya tomado la desición políitica de integrar La Cava Chica al tejido urbano normal de la localidad de Beccar.