Se organizaron hace más de 3 años en “Vecinos del Alto Martínez” por la creciente problemática. Participan de foros, se reúnen con funcionarios, confeccionaron un mapa del delito, pero las respuestas que esperan no llegan.
“Inseguridad” es la palabra. En todas las clases sociales, en todos los barrios, es imposible tener una reunión con vecinos sin que la problemática aparezca. En un segundo plano queda la discusión sobre cuál es la manera en que se debe abordar la problemática, si las cámaras, si las políticas sociales inclusivas, si la policía municipal, si las leyes. Lo que es claro y unánime es el pedido de soluciones.
La experiencia del miedo va minando nuestras formas cotidianas, nuestra manera de relacionarnos, de habitar el espacio público, de cercar el espacio privado, en una clara degradación de la calidad de vida comunitaria de una sociedad.
Pero también, en la búsqueda de respuestas, aparecen algunas formas de organización vecinal. En la localidad de Martínez (San Isidro), hace mas de 3 años, un grupo de vecinos, inspirados en la experiencia de vecinos del Bajo de San Isidro, comenzaron a reunirse y ver qué acciones podían llevar adelante en relación al problema de la inseguridad.
“Tres años atrás, vemos que salen por TV unos vecinos del Bajo de San Isidro, quienes cansados de los robos, comienzan a utilizar Alarmas Barriales, nos pusimos en contacto con el objeto que nos comente algo respecto a esto” cuenta Mirta Wachtel, abogada y vecina de la calle Yapeyú.
“A sugerencia estos vecinos del Foro del Bajo, muy bien organizado y con una problemática diferente a la nuestra, se crea Vecinos del Alto Martinez. Invitando de boca en boca, repartiendo papelitos, logramos ser ahora unos 300 vecinos” agrega la abogada.
La problemática de la inseguridad no es nueva, pero los vecinos vieron que desde finales del 2011 los robos en la zona comenzaron a tener una frecuencia mayor.
“Empezamos a organizarnos como mejor nos parecía: ahí empezamos a hacer un mapa del delito, acompañado por la secuencia. Cada puntito rojo del mapa tiene su explicación contada exclusivamente por el vecino damnificado. También, comenzamos con los reclamos solicitando cámaras de seguridad, porque en el rectángulo de Paraná, Av. Santa Fé, Fleming y Dardo Rocha no había cámaras” explica Mirta sobre los primeros pasos de este grupo.
“Comenzamos a comunicarnos con la Municipalidad, con la concejal Elvira Ares y el Subsecretario de Prevención Ciudadana, Federico Suñer. Presentamos notas, reclamos con firma, en un primer momento, de 290 vecinos y después de 1200. Tuvimos reuniones con Posse, con fiscales y comisarios de turno, muchas veces. Fuimos bien recibidos y nosotros muy respetuosos, pero los robos seguían en distintas modalidades y cada vez con más violencia y tecnología de parte de los delincuentes”.
Pero a pesar de todo este movimiento realizado, las respuestas encontradas no estuvieron a la altura de las expectativas de los vecinos. “El año pasado pusieron cámaras en Fray Luis Beltrand, Monteagudo y Necochea. Este año en Paraná y Arenales, pero son insuficientes” dice la vecina que agrega “cada uno tiene una excusa como para tirarse la pelota unos a otros. Los vecinos estamos cansados, con miedo, sin resultados a nuestros pedidos y sin respuestas concretas. Pensamos que cuando algo se pregunta, la respuesta es si o no... y no la perorata que conocemos de memoria de cada una de las fuerzas de cada sector".
Es claro que la palabra inseguridad gana el espacio mediático y es latiguillo de muchos políticos que prometen soluciones a cambio de votos. Pero en las calles se ve una sociedad que no quiere resignarse a vivir con miedo, que espera soluciones de fondo y empieza a entender que muchos dirigentes buscan identificarse con este reclamo del vecino, con formulas marketineras que no dicen nada de la problemática social, del control, capacitación y equipamiento de las fuerzas de seguridad, ni proponen soluciones reales mas allá de la utilización electoral del tema.