Con la aprobación del acuerdo con el FMI en la Cámara de Diputados, el líder del Frente Renovador y presidente del cuerpo, Sergio Massa, mostró nuevamente una capacidad de negociación política que parecen no tener otros actores dentro de la coalición gobernante y resulta fundamental en el momento de debilidad política que atraviesa el oficialismo.
La valorable decisión de Alberto Fernández de llevar al Congreso el debate sobre el acuerdo con el FMI no estuvo acompañada de las acciones y gestos políticos necesarios para construir ni siquiera consenso dentro de su propio frente.
Y cuando las negociaciones parecían empantanadas y la oposición se mostraba como victoriosa, obligando al gobierno sin los votos necesarios a retirar la iniciativa del Congreso y aprobarla por decreto, la capacidad política del presidente de la Cámara de Diputados encontró una diagonal que le permite hoy al oficialismo mostrar un acuerdo mayoritario en relación a las negociaciones con el FMI, y a la vez colocar las disidencias de la oposición en el plano del plan económico que deberá implementar para cumplir con las metas que se desprenden del acuerdo.
Massa termina la jornada como el gran ganador: sacó a su gobierno de una encerrona y consiguió la aprobación de una ley sensible y polémica zanjando una grieta que por momentos parece insalvable.