Las compañías petroleras decidieron, a menos de 48 horas de la asunción del nuevo Gobierno nacional, un aumento de los combustibles que alcanzó hasta el 30% en el caso de YPF, la que dispuso el mayor incremento por sobre el resto de las empresas que están moviendo por estas horas sus valores en el surtidor.
La empresa de mayoría accionaria estatal, que en el inicio de la nueva etapa que encabezará el presidente electo Javier Milei será conducida por Horacio Marín, decidió un aumento en los precios de surtidor de hasta 30% según el producto, de acuerdo a los nuevos valores vigentes al público.
De esta manera, YPF que domina el 55% del mercado minorista de combustibles con más de 1.600 estaciones de servicio lleva desde días previos de las elecciones primarias del 13 de agosto un aumento acumulado del 63% promedio.
Hasta entonces, el precio de la nafta súper se ubicaba en los $248 por litro, y a partir de los incrementos que se dieron posteriormente el mismo producto alcanzó los $404 el litro.
Fuentes de YPF señalaron que desde este viernes los incrementos serán del 30% para la nafta súper y del 26% para la nafta premium, en tanto que el gasoil registró un incremento del 31% y el diesel premium un 22%.
De esta manera los nuevos precios en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) pasaron a ser de $404 para la nafta súper; $499 la nafta premium; $431 el gasoil y $543 el gasoil premium, como ya se puede apreciar en algunas estaciones de servicio porteñas.
La petrolera Raizen que tiene en el país la licencia de la marca Shell había iniciado a primera hora del día el movimiento de precios con un aumento del 15% promedio en sus combustibles, en todo el país. El precio de la nafta súper registró un aumento de 19% y pasó a $439, la variedad premium un 14% hasta $499, el gasoil un 14% a $479 y gasoil premium un 13% a $529.
El resto de las petroleras aún no confirmaron la política de precios que adoptarán ya que no podrán quedar muy desfasadas de la principal operadora del mercado para evitar un corrimiento de demanda.
El incremento se da a dos días de la asunción del presidente electo, quien prometió liberar los precios de los combustibles. “Se debe apuntar a una fluctuación libre, sin el control indirecto que hoy ejerce el gobierno en el mercado a través de YPF”, afirmó el futuro secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, en una entrevista al portal especializado Surtidores.
No obstante, afirmó que se instrumentará un “fondo compensador” para “morigerar los aumentos y reducciones de precio internacional que impactaría en el precio doméstico”.
El raid de precios iniciado desde las elecciones primarias quebró un proceso de aumentos acordados, en el marco del programa Precios Justos implementado desde diciembre de 2022 con subas mensuales de 4,5%, lo que generó un atraso en la actualización de los precios en surtidor.
El primero de agosto se habían incrementado los precios en 4,5% como parte del acuerdo por entonces vigente, pero a pocas horas del triunfo de Milei en las PASO y tras la devaluación de 21,6% del tipo de cambio que dejó en 350 pesos por dólar, las petroleras decidieron el 16 de agosto una suba promedio de 12,5%.
Días después, esa alza fue convalidada por YPF y el entonces ministro de Economía Sergio Massa logró acordar con los principales directivos del sector el compromiso de que esos valores se mantendrían fijos hasta el 31 de octubre.
De aquel encuentro, participaron Pablo González y Pablo Iuliano (YPF); Marcos Bulgheroni; Adrián Vila (Pluspetrol); Emilio Nadra y Rodrigo Fernández Deleo (CGC); Francisco Villamil (Vista); Ricardo Markous (Tecpetrol); Santiago Patrón Costas (Pampa Energy); Gustavo Scarini (PCR).
En ese contexto de atraso de precios, se fue gestando un desabastecimiento de combustibles con primeras repercusiones en distintas provincias, hasta que días después de la elección de primera vuelta del 22 de octubre, el quiebre de stocks de las estaciones de servicio se hizo notorio en el AMBA.
El 23 de octubre, YPF realizó un incremento correctivo del 5% en los precios de todos sus productos, para compensar el desfasaje de precios con la competencia que venía realizando "microaumentos" como se definió en su momento, más allá del acuerdo de congelamiento. La recomposición del desabastecimiento, ya en plena campaña hacia el balotaje, llevó casi dos semanas, marco en el cual las petroleras realizaron otro ajuste del 9,75% a partir del 1 de noviembre.