Federico Sáenz, el programador de 41 años asesinado este domingo por un delincuente que lo ahorcó con un cable y lo arrojó a la pileta de su casa en la localidad de Boulogne, partido de San Isidro, murió por asfixia por estrangulamiento a lazo, según reveló esta tarde el resultado preliminar de la autopsia.
Los médicos forenses también tomaron distintas muestras de ADN y sangre para someterlas a una serie de estudios complementarios en procura de confirmar las conclusiones iniciales del estudio al cuerpo de la víctima. Por el crimen hay un sospechoso detenido de 30 años.
Según la investigación realizada posteriormente por la policía, el sujeto se habría introducido al domicilio de Sáenz, situado en Aguado y Capitán Juan de San Martín, por un portón que había quedado abierto mientras el dueño de casa lavaba su auto. La esposa de Sáenz logró salir corriendo de la casa para pedir ayuda, pero el hombre fue reducido y atado por el delincuente, que lo dejó en el jardín.
Poco después, Sáenz, que fue descripto como un hombre corpulento, logró librarse de sus ataduras e ingresó a la casa, adonde el delincuente presuntamente procuraba hacerse de objetos de valor.
Allí se produjo una lucha, en la que el ladrón ahorcó a Sáenz con un cable y lo arrojó en la pileta de la casa. Cuando la policía llegó al lugar encontró el cuerpo del dueño de casa en la pileta, mientras que el presunto asesino fue detenido en el lugar.
El delincuente, que tendría antecedentes por lesiones, quedó a disposición de la fiscal Paula Hertig, del Departamento Judicial local. Según lo que recopilaron las cámaras de seguridad del Municipio, el sujeto llegó solo a la casa, luego de haber cruzado la Panamericana a pie.